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sábado, 29 de diciembre de 2018

Fiestas


A veces es bueno pararse y pensar si lo que hacemos es lo correcto.

Pienso, por ejemplo, en las fiestas de Navidad en las que ya estamos embarcados. Parece que hay que comprar  y gastar y que si no hay regalos, o estrena uno una ropa, o nos atiborramos de comida no hay Navidad. Cuando el verdadero regalo serías reunirnos con la gente que queremos. Regalar tiempo, cariño y compañía, debería ser lo fundamental. Y no estar preocupados por la comida del día. Arroz, lentejas, o tortilla, por poner un ejemplo este día están prohibidos. Unas fiestas que eran entrañables se han convertido en agobiantes. No hay nada que tengamos que revisar en lo que hacemos? Por otra parte Navidad nos recuerda a una persona que hizo de su vida una donación a los demás. Más todavía para PENSAR.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Se acerca la Navidad


Llega la Navidad. Las calles se llenan de luces. Los comercios sacan sus mejores ofertas. Autoridades públicas y empresarios se ponen de acuerdo con facilidad..., las calles principales de los pueblos se llenan de stands donde cada cual puede encontrar el regalo mejor para sus allegados. Reproduciendo las imágenes del nacimiento de Jesús, se hacen belenes con cualquier material: con cartón, arena, piedra. Los alumnos de la Escuela Municipales de música se ponen sus mejores galas y recorren las arterias principales de la ciudad. Se pone en venta la repostería típica de estos días. Las actividades infantiles se multiplican a fin de que los peques disfruten de sus vacaciones. Los adultos no paran de hacer sus compras. Diversos deportes organizan sus campeonatos por estas fechas otros las interrumpen. La naturaleza en forma de árbol se hace sitio en nuestras calles y casas. Se aprovechan esta fiesta para la dinamización cultural y social de nuestros ciudadanos. Se intenta tocar el hombro de cada persona recordándole hay una cosa que se llama solidaridad. Los políticos de distinto signo e ideología aunque, ayer estuvieran insultándose, hoy se reúnen para brindar juntos por la Navidad.

Sí es verdad que por sus obras los conocerán por esta programación podemos llegar a saber qué es la Navidad.

¿Es la fiesta de Endesa, Nespresso o similares?
¿Es la fiesta de los comercios en dura competición por ver quién vende más?
¿Es la fiesta del consumo?
¿Es la fiesta donde recordamos lo que no hacemos en el año, tales como autoridades y empresarios unidos así como políticos de diferentes colores?
¿Es la fiesta de la creatividad a todos los niveles incluyendo las ideas y juegos infantiles?
¿Es la fiesta de los deportes a los que durante el año no prestamos atención?
¿Es la fiesta ecológica o de la cultura a todos sus niveles?
¿Es la fiesta de la solidaridad? De qué solidaridad?

¿Alguien lo sabe?




miércoles, 27 de diciembre de 2017

Jigle Bells

Acabo de escuchar en una emisora que dos tercios de las compras navideñas acaban en la basura en menos de tres meses. Es la sociedad del despilfarro –otros dice del “consumo necesario” para mantener un mínimo nivel de empleo, según el cual, su derrumbe supondría entrar de nuevo en una espiral de depresión de la economía de cuyas consecuencias ya hemos tenido noticia-.

¿Por dónde tirar? ¿”Despilfarrar para evitar entrar en crisis” o “un consumo responsable que permita la supervivencia de un planeta con recursos limitados”? La teórica nos la conocemos todos. Y sin embargo ni siquiera la segunda opción asegura ya nada a estas alturas. Entre otras cosas porque la decisión de adoptar la mesura como criterio de comportamiento ni es inminente ni será uniforme. Cierto, menos es nada, pero de poco sirve tapar todos los agujeros en una barca que se hunde si dejamos un par de ellos –los principales además- a su libre albedrío.

Menos es nada, cierto. Algo más tardará en sobrevenir el desastre, sí. Y quizás mientras se nos ocurrirá algo –piensan lo optimistas.


martes, 15 de agosto de 2017

Europa, mon amour

Después de una licenciatura, un doctorado, un máster, un sinfín de trabajos precarios y un desahucio, Pedro se rindió. Volvería al pueblo y le pediría a su padre que le enseñara el oficio familiar.

De regreso de Alemania, lugar donde presentó sus últimos Lebenslauf, venía pensando las razones por las que aparentemente sus estudios no habían servido para nada. En la empresa Gegenteil 

die Weltgesundheitsorganisation querían encararlo en un trabajo contra la superpoblación mundial, para lo cual tendría que ir a currárselo en el Vaticano, intentando convencer a la curia cardenalicia de las bondades del uso del preservativo para evitar que en África nacieran más niños, proponiendo que el dinero invertido en el envío de medicinas se utilizase para repartir condones gratis en el continente y con el beneplácito papal. El objetivo de su trabajo consistiría en lograr que en cuatro años la población mundial no superase los cuatro millones de personas. Recordándolo en el mismo tren se echó las manos a la cabeza como hizo para responder al deutsch geschäftsmann diciéndole: “Viertausend millones! Jetzt sind wir sieben Milliarden sind, ich glaube, es ist ein wenig zu spät“ (1)


Pedro, sonriendo mientras recordaba esa conversación se decía a sí mismo: “torpón sí que hubiese sido aceptar dicha tarea, pues más pronto que tarde como loco de remate a un psiquiátrico me hubiesen llevado.” Se había topado con la ineficacia europea para hacer frente a las causas de la inmigración, y atenta solo a paliar las consecuencias de los “negritos” que le llegaban a sus costas, echaba la solución de las causas a las posturas regresivas del Vaticano que, no entendiendo de sexo, quería que otros lo practicasen a la forma que ellos teóricamente (¿teóricamente?) planteaban.

Días antes había estado en Bruselas en un despacho de la Comunidad Europea. Recuerda cómo entró emocionado a aquel edificio donde se cuece toda la política europea pues, después de presentar su curriculum le habían llamado del departamento de planificación socio laboral. El objetivo, genial. Ir aportando soluciones prácticas al problema del desempleo sobre todo en los países del sur. Tendría un equipo de profesionales colaboradores y la experiencia de un experto asesor de la casa que, así le dijeron, tiene visiones muy sugestivas para el futuro. Aceptó el trabajo y a los pocos días, contactó con el asesor indicado por sus superiores a fin de poner en marcha un proyecto para Italia que en pocos días habíamos desojado. Ante su entusiasmo por la idea, los compañeros del grupo intentaban bajarle a la realidad, advirtiéndole de que… “Consulta con el asesor, el de las visiones interesantes”.

Tras llegar puntual a la oficina, le gustó que su piel fuera de color negro. Una manera también de buscar la igualdad. Se le presenta diciendo que era vidente africano con más de 25 años en el campo de la magia blanca…, que no hacía falta le explicara el proyecto…, sino que se lo diese en documento escrito y lo tendría en su cuarto oscuro, expuesto a amarres y magias variadas y con el resultado exacto que él viera fuera a producir dicho trabajo vendría a comunicárselo en pocos días. ¿Qué visión tuvo el mago? Pedro que no había hecho hechizos ni hacerlos le parecía algo serio a tener en cuenta, recogió sus cosas y se fue. Que si esa era la forma de trabajar en aquel sector de la Comunidad Europea buscasen un hechicero de una tribu troglodita. Así le iban las cosas a Europa. A la Europa tan madraza que acoge a todos los hijos abandonados del sur de su continente y expulsa con flish a los suristas también, pero del hemisferio. A la Europa tan gestora y activa que promueve eficazmente planes de trabajo que den empleo a los cientos de miles que sin el mismo se encuentran en su territorio y al final son chapuzas cuyos beneficios se quedan no tanto en los funcionarios sino en los allegados de los que mandan que automáticamente se convierten en asesores.

Cosas similares y muy ocurrentes se fue encontrando en los diferentes lugares. No hubo sitio donde no lo aceptaran. Por coherencia personal y por saber utilizar la razón, no queriendo colaborar en trabajos socio culturales políticos basura, los rechazó. En ese intervalo leía, mientras volvía en tren a España, en El País Semanal un artículo de Rosa Montero con quien estaba totalmente de acuerdo al decir ella que estamos en la época donde triunfan los botarates.

Y así una y otra cosa antes las que Pedro se sentía bloqueado porque el tiempo corría y era consciente que el tiempo es como la vida, que ves cómo se van y no regresan. De ahí la decisión que había tomado: una vez más comprendió que culto no es el que tiene muchas titulaciones sino el que sabe afrontar las situaciones adversas con motivación positiva. Se inyectaría buenas dosis de esta medicación en su pueblo de Guadalajara donde sus padres eran expertos en afrontar con positividad las dificultades, de tal manera que habían montado una empresa de agricultura ecológica que era la proveedora de todas las tiendas del ramo en la provincia, así como en Cuenca, Toledo y Soria. Reactualizaría lo aprendido en la universidad con el saber situarse de sus padres y una vez repuesto de brujas, adivinos y sandeces con las que se había topado en la tan sofisticada Europa, se centraría en Toledo donde piensa pueda tener más posibilidades en sus materias, conectando con la perspectiva ecológica, de manera que sus padres sigan abriendo caminos. Ya lo habían iniciado desde la tierra que araban y cultivaban, pero ahora con su trabajo y sus investigaciones sería promotor de la fecundidad ecológica en el mundo de la tecnología. Pedro lo sabe. Sus padres lo intuyen. De hecho, ya se ha celebrado el día internacional del DESENCHUFADO.

Nos esperan nuevos modos y tiempos tecnológicos y nuestro Pedro está detrás de ellos. Están ya cayendo en forma de lluvia suave que empapa la tierra, … la fértil tierra.

(1) ¡Cuatro mil millones! Ahora somos ya siete mil millones, creo que ya es un poco tarde.


miércoles, 15 de marzo de 2017

Telarañas

   No es obligatorio, pero al parecer, el paso del tiempo endurece el corazón. Pareciera que el cúmulo de experiencias nos volviera indiferentes al dolor ajeno, a la generalización de esas desgracias que, por comunes, ya nos pasan desapercibidas cuando la televisión repite las imágenes.

   Y así, "sin querer queriendo", dejamos que se filtre por las rendijas del alma el hollín de la corrupción, de la injusticia, de los despilfarros, de la falta de solidaridad... El mundo, que ingenuamente creemos cada vez más grande y cercano, se desvela pequeño, pobre y ramplón.

   Detectado el problema, urge una solución.