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viernes, 12 de noviembre de 2021

¿Qué pasaría?

¿Qué pasaría si un día despertamos dándonos cuenta de que

somos mayoría?


¿Qué pasaría si de pronto una injusticia,

sólo una, es repudiada por todos,

todos que somos todos, no unos,

no algunos, sino todos?


¿Qué pasaría si en vez de seguir divididos

nos multiplicamos, nos sumamos

y restamos al enemigo que interrumpe nuestro paso?


¿Qué pasaría si nos organizáramos

y al mismo tiempo enfrentáramos sin armas,

en silencio, en multitudes,

en millones de miradas la cara de los opresores,

sin vivas, sin aplausos,

sin sonrisas, sin palmadas en los hombros,

sin cánticos partidistas,

sin cánticos?


¿Qué pasaría si yo pidiese por vos que estás tan lejos,

y vos por mí que estoy tan lejos,

y ambos por los otros que están muy lejos

y los otros por nosotros aunque estemos lejos?


¿Qué pasaría si el grito de un continente

fuese el grito de todos los continentes?


¿Qué pasaría si pusiésemos el cuerpo en vez de lamentarnos?

¿Qué pasaría si rompemos las fronteras

y avanzamos, y avanzamos,

y avanzamos, y avanzamos?


¿Qué pasaría si quemamos todas las banderas

para tener sólo una, la nuestra,

la de todos, o mejor ninguna

porque no la necesitamos?


¿Qué pasaría si de pronto

dejamos de ser patriotas para ser humanos?

¿No sé... me pregunto yo,

qué pasaría?

 

Mario Benedetti







martes, 17 de noviembre de 2020

Las ropas usadas

Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de nuestro cuerpo y olvidar los caminos que nos llevan siempre a los mismos lugares. Es el momento de la travesía. Y, si no osamos emprenderla, nos habremos quedado para siempre al margen de nosotros mismos


Fernando Pessoa





jueves, 5 de marzo de 2020

Muchas veces pensamos en divertirnos, en irnos de marcha, en pasarlo bien, y a ello dedicamos tiempos y horas de muchas de nuestras jornadas, olvidándonos de que todo no termina en el día de hoy, sino que hay un mañana que está por venir, que no siempre es el día siguiente, sino otro mas allá. Y desde luego ese día por venir, no se hace con juergas y batallitas, sino trabajando y esforzándonos, y para ello hoy, si somos jóvenes o entrando en la adultez, como no estudiemos algo más lo tenemos fastidiado. Todos los economistas y gentes que entienden de estos rollos dicen que en el futuro inmediato (si el puñetero coronavirus no nos devuelve a la Edad Media…)  será de aquellos que tengan una formación especializada, pero sean capaces de reciclarse, cuanto más mejor. Y sin embargo, cada día son menos los jóvenes que afrontan este tipo de estudios. Al menos en lo que veo y en lo que se roza conmigo tanto en los ambientes sociales, amistosos y laborales en los que me muevo.

Creo que los que podamos debemos colaborar en que los más jóvenes salgan de la rutina y de la comodidad, y que todo no se soluciona con la ley del menor esfuerzo, sino que hay que conseguir, con esfuerzo, otros valores cívicos -incluso por egoísmo personal- si se quiere tener un futuro mejor, pues lo que no se podrá hacer siempre es depender de los padres.

Aunque, la verdad, pienso que este es un problema más general, no solo de los jóvenes sino de los que pasamos de los cuarenta, incluso con creces. Vivimos socialmente en una etapa de no compromiso, no esfuerzo, de hacer lo mínimo, vivir cómodos y que sean otros los que realicen y hagan los cambios que nos vengan bien a todos, mientras nos sentamos, en el mejor de los casos, a verlas venir.

Instituciones sociales, como la iglesia, tuvieron otro tiempo mucho que decir a nivel positivo del que muchos nos beneficiamos. Hoy parece que su papel está más en crisis y no es tan frecuentada por los jóvenes. Otras instituciones sociales como asociaciones de vecinos, ONGes o grupos políticos tampoco cuentan mucho con ellos, salvo que sea para defender los ideales de dicho grupo y captar votos para su partido. Tampoco es manera. La escuela, los padres se ven algo maniatados. Instituciones que operamos en los ambientes sociales tenemos algo de entrada pero es insignificante. Haría falta, digo yo, que los medios de comunicación, televisión y sobre todo internet, a través de sus potentes redes sociales, movieran el culo para activar el panorama.

domingo, 7 de julio de 2019

Reticencias


Tenían claros los cambios a hacer pero en el fondo se resistían a ellos.

A algunos les invadió la ansiedad: "Es increíble que me hagan esto. ¡Con el tiempo que llevo aquí.... Y ahora...!".

Con el tiempo comprendieron que los cambios eran necesarios pero tenían miedo a las novedades y la pereza en tener más trabajo que hacer- influyó en ello.

Además la tentación de la comodidad, los prejuicios ante determinados dirigentes ejercen su poder.

Qué bueno sería que en cualquier orden, sistema o manera de enfocar la vida,  estuviera siempre orientado al cambio, un cambio que no quiera eliminar lo que ya conocemos, sino ampliar nuestro campo de actuación.

jueves, 4 de julio de 2019

Reinventarse


Fue un notición durante largo tiempo. Una monja deja sus hábitos para convertirse en artista erótica. Del convento a las cámaras. Del no mostrar aspecto alguno de su cuerpo, cubierta integralmente por el hábito al ir enseñando poco a poco todos y cada uno de sus encantos por una webcam. De comer cada día del fruto del huerto monacal a comer día a día de su trabajo. De dormir sola en una habitación al hacerlo en compañía de aquel por quién dejó el convento –curiosamente por amor a un profesor que daba catequesis a los niños en una parroquia donde ella también colaboraba-.

¿Una doble vida? ¿Por qué? La vida no se compone de un rollo continuo, sino de diferentes capítulos que, para enlazarse unos con otros, no necesitan tener el mismo color.

No. No fue fácil adaptarse, ni para el uno ni para el otro. Por eso con frecuencia se preguntaban: ¿Habremos metido la pata hasta el fondo?

Cualquier trabajo u opción que tomáramos iba a tener sus puntos y comas, la mayor parte provenientes del exterior, como suele ocurrir en muchos casos similares. Y por otro lado, ambos, a la hora de afrontar los nuevos capítulos de sus vidas, eran conscientes de que hay una gran diferencia entre que te guste la idea de hacer algo y el hacerlo realmente.

Lo que si se ve claro es que los protagonistas de la historia no siguieron con el piloto automático puesto, cual es hacer lo que hace todo el mundo o dejarse llevar por el primer impulso.




"Nada de lo que fue vuelve a ser, y las cosas, los hombres y los niños no son lo que fueron un día" 
(Ernesto Sábato)

domingo, 30 de junio de 2019

Vivir

Sí. Hemos cambiado. Vamos cambiando. Y cuando tengamos los setenta igual no nos conocemos.

Hace poco en el taller de escritura, compartiendo lo escrito por cada uno, no dije en alto lo que había escrito en mi libreta de las televisiones

De pequeña escribí un diario y en la primera página puse NO LEER. A los 16 años dejé el diario y me quedé solo con los poemas, escribiendo sobre mis deseos y mis miedos, sobre las notas en el trabajo, sobre las ganas de ser y hacer otras cosas.

Han pasado dos días después del escrito de antesdeayer y hoy domingo por la tarde estoy viajando en un tren antiguo. Lo mío ha sido el avión y el barco. Y el coche, pero nunca en un tren y menos en un tren viejo

Sentada en el tren he leído los cinco últimos poemas de cada mes. He borrado el último verso de cada uno.

¿No he cambiado?

Antes hablaba de estas cosas pequeñas con mi marido. Ahora hablamos de qué comida sana y rápida haremos para asar, antes hablábamos de cajitas de juegos para jugar los tres y que el niño no se sintiera lejos de nosotros

Ahora ya no hablamos que si me gusta no me gusta . Ahora lo hacemos de qué colegio escoger para tu hijo o de qué comidas son para cenar.

Ha pasado mucho tiempo y nos hemos hecho marido y mujer. Y ninguno de los dos sabe si volveríamos a hacer nada

Que sí que sí. Que digan lo que digan no hemos cambiado. Queda más claro que el chocolate espeso.