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viernes, 19 de noviembre de 2021

¡Fuera rutinas!

Con ganas de dejar la rutina de cada día hizo las maletas y se fue de su ciudad. Y en esta nueva etapa descubrió a su mejor amiga: ella misma. No se sentía una persona solitaria. Conversaba y reía con sus compañeros de trabajo, aunque, para salir de fiesta, no quedara con nadie especial. Comía casi siempre en casa y adquirió una costumbre que se hizo en ella un hábito: después de la cena se sentaba a conversar a diario con su libreta. Y así fue experimentando que, de aquel cielo gris y engarrotado, iba desapareciendo las turbias nubes que tapaban el cielo azul. 


Hoy, al verse más fuerte por dentro, y habiendo superado lo que ayer le causaba lágrimas, ha vuelto a recuperar la calma en su rostro y sus lágrimas en silencio se han ido convirtiendo en amplias sonrisas.





martes, 9 de noviembre de 2021

No me importa que me llamen vieja

No me importa que me llamen vieja

si fui capaz de conquistar la meta,

ganándole batallas a la vida, 

sin rendirme nunca ante las penas...


No me importa que me llamen vieja

si tengo dentro tantas cosas bellas,

pues las arrugas y también las canas

no lo oculto, presumo de ellas.


No me importa que me llamen vieja.

Antes fui tallo de las ramas nuevas,

con mi savia todavía engendran.

Soy el tronco que les da las fuerzas.


¡No importa que me llamen vieja!

Ya vienen otros por la misma senda.

Mucho antes que ellos se lo piensen

sufrirán, como yo, las mismas penas.


No me importa que me llamen vieja

si tengo nietos que mi vida alegran.

Les doy la paz de mi vejez serena

cómo saben hacerlo las abuelas.


¡Feliz por haber llegado a vieja!

Ahora soy como las ramas secas

y caliento sus hogares con la llama

Del calor que les doy con mi presencia.




En referencia al señor amigo de mi abuelo, me acordé porque la semana pasada viendo el canal Canario (que en honor de la verdad no suelo verlo…). Estaba un señor que contaba historias que había oído en sus numerosos viajes, siempre de personas mayores y lo hacia a través de un libro gigantesco como un cuentacuentos, con un montaje muy bonito.


No voy alargarme más, pero dijo una frase que había escuchado en la India: "Cuando muere un anciano a se quema una biblioteca".


Quería decirlo, la importancia de escuchar a los mayores.







miércoles, 3 de junio de 2020

Pensamiento positivo

A pesar de las crisis,  de las tormentas, de las voladuras de bichos indecentes que van regando virus mortales en este y aquel rincón; a pesar, de que ya no haya problema, por muy externo que sea a nosotros, que no nos afecte; a pesar de todos los pesares, cada vez hay más gente que, queriendo indagar en su interior, buscar lugares que le ayuden a un retirarse del trasiego de las calles y plazas para dar con esos medios que le pueden fortalecer en el momento más propicio de su vida, donde se aprender a vivir el Carpe Diem que deseamos.

Hay palabras que se van asociando a nuestra personalidad: silencio, reflexión, meditación, cabaña, intimidad, medio rural... Nombres de acciones personales hechas por los hombres que conllevan al de meditar.

En cierto modo necesitamos, cada día más, encontrar un lugar y un instante donde cultivar nuestra vida interior. Un lugar donde recomponernos del estrés de la vida moderna, de las muchas preocupaciones, reales o imaginarias, que nos atosigan, de la frustración que se ha convertido en el vademécum de cada persona.

No somos nosotros los inventores ni de esta necesidad ni de estas respuestas. Otros muchos las han escrito y compartido. No hicieron senderos, pero abrieron el camino. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” dijo el poeta. Cada paso hace tu camino, y cada paso es el resultado de todos los pasos que has dado en el pasado, que te condicionarán, pero solo en parte. Porque a cada paso que se dé, no te quepa duda de que si quieres y lo haces bien, sentirás una extraña sensación de libertad.

Y si no tienes los medios para alcanzar físicamente ese lugar siempre tendrás tu casa, y tu imaginación será una buena herramienta para construirte una cabaña o rincón para pensar. Pero no olvides que si no tienes nada de eso, aún te queda tu poderosa imaginación, donde podrás encontrar ese espacio seguro en el que ser tú mismo.




sábado, 23 de noviembre de 2019

Testigo


Cuando te miras en el espejo me doy cuenta que sigues viendo aquella chica de 16 años que todavía, con granos en la cara, era una joven soñadora, con muchos sueño por cumplir. Y también una muchacha un poco respondona, un tanto rebeldes, pero con muchas ganas de ayudar a los demás.

Y veo también una mujer contenta con la vida que le ha tocado, con la familia que ha tenido y con los amigos que se ha ido ganando con el paso del tiempo.

Das la espalda al espejo, te duchas y terminas de arreglarte. Y al mirarte de nuevo en el espejo, veo a una mujer hecha y derecha que le da gracias a la vida porque tiene un nuevo día con nuevas oportunidades para seguir haciendo tejiendo y destejiendo tu vida, con la madurez que desgranas cada mañana.

Y yo tengo la fortuna de estar aquí de testigo.





viernes, 28 de junio de 2019

Disfrutar es la consigna


"En la vida todos tenemos un secreto inconfesable,  un arrepentimiento irreversible, un sueño inalcanzable y un amor inolvidable".

Las mujeres y hombres maduros de ahora hemos llegado a una edad maravillosa en la que emprendemos el camino del desaprendizaje.
Fuimos criados con la creencia de que debíamos ser los mejores en todo: mejores estudiantes, mejores esposas, mejores esposos, mejores profesionales, mejores madres y padres, etc. Fuimos educados con la creencia de que todo es pecado.

Ha llegado la hora del desaprendizaje, o lo que mi hija llama, graciosamente, el importaculismo ("todo me importa un culo"). Ha llegado la hora de decir NO en muchas ocasiones, de mandar al carajo los compromisos y las obligaciones. Pasó la hora de las responsabilidades que nos quiten el sueño.

Ahora nos gusta estar solos, disfrutar buenas conversaciones con gente que no nos insulta y que cree lo mismo que nosotros, o que no le importa que opinemos diferente. Es la hora de hablar de todo sin necesidad de sostenerlo como medio de defensa. Es hora de ver películas, de estar en una finca, de ir a pescar al río durante la semana, de leer, de escuchar, de sonreír y de burlarse de la mayoría de los mortales que viven pendientes de las chorradas.

Nosotros ya demostramos que las responsabilidades fueron bien atendidas por nosotros, que hicimos las cosas lo mejor posible, que dejamos huellas, que somos buenas personas.

Lo que nos queda de vida es para nosotros, para disfrutar, para cumplir el mandamiento divino de amarnos a nosotros mismos. Por eso vamos a hacer lo que nos da la gana. Viajar al máximo, tomando café con amigos, conversando con todo el que nos encontremos.

Ya pasó la época de los roles. Lo que fuimos, fuimos. Ahora somos para nosotros mismos sin tener que rendir cuentas a nadie. Los demás seguirán su camino de responsabilidades y de afanes, de preocupaciones y nerviosismos. Nosotros ahora, estamos por encima del bien y del mal.



Vamos a museos, asistimos a conferencias y si no nos gusta nos salimos sin que nos importe. Redescubrimos al Quijote.

Ahora asistimos con mayor frecuencia a entierros y nos damos cuenta de que se aproxima el nuestro, pero estamos preparados, pues al fin y al cabo vivir es mortal. La vida es para nosotros una profunda experiencia interior, lejos de mitos, ritos, limosnas y pecados sin fin.

Es la hora de empezar a relajarnos, y de conversar largas horas con uno mismo, que es el único que permanece siempre, ahora y después de que abandonemos la nave del cuerpo.

Nos rodean pocos seres a quienes amamos profundamente y que seguirán viviendo sus propias experiencias, estemos nosotros o no.

Mandaremos para donde sabemos a la gente que nos molesta, la tóxica. Quienes nos buscan sin egoísmos van a encontrar una sonrisa, una mirada tierna y comprensiva, un consejo acertado o no, y afecto.

Somos, ahora sí, libres de ataduras, de prejuicios, de creencias. Somos libres porque ya no le tememos ni a la vida ni a la muerte.

Harold Schlumberg (profesor de psicología en Brown University, NY)