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miércoles, 3 de enero de 2018

El faro

Estoy solo. Hace tiempo que no hablo con nadie.  De tarde en tarde,  hablo en alto alguna vez. En las esquinas del mundo me pusieron para que nadie tropezara con otro o con el acantilado. Ahora lo hacen desde el bolsillo de su cazadora localizando direcciones y puntos de llegada. Solo las olas me recuerdan las canciones de los muchachos que por aquí venían hablando, pues con el viento son las únicas que escucho. Solo, sí, pero no en arena movediza. Solo, pero alto y enhiesto, los ciclones conmigo no pueden. Y a mis pies sigue el mar, con sus olas que van y vienen, hablando, pues con el viento son las únicas que escucho. Olas azules, verdes… en un mar siempre abierto. Y de vez en cuando, del vértigo del agua de pronto salta  una gaviota blanca.


Sí. Estoy solo, pero contento.


domingo, 17 de diciembre de 2017

Cuzando mares

Si algún golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida,
te torna pájaro que quiebra el vuelo
y te revuelca con el ala herida...

Y hay tanto viento para andar las ramas.
Tanto celeste para echarse encima.
Y pese a todo, vuelve la mañana.
Y está el amor que su milagro arrima.

Por qué caerse y entregar las alas.
Por qué rendirse y manotear las ruinas.
Si es el dolor, al fin, quien nos iguala.
Y la esperanza, quien nos ilumina.

Si hay un golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida.
Abrí los ojos y tragate el cielo.
Sentite fuerte y empujá hacia arriba.


Héctor Negro - Cesar Isella


jueves, 5 de octubre de 2017

Ser feliz

Fede suele recriminarse con frecuencia su torpeza. Y casi siempre se echa a si mismo las culpas de lo que le pasa. Por eso me extrañó mucho cuando me dijo que se estaba entrenando para ser feliz.
-       ¿Cómo es eso?
-       Sí. Es igual a cuando te decides por mantenerte en forma, y coges el hábito de “todos los días al levantarme voy a correr media hora”.
-       Pero la felicidad no es un hábito. Es algo más de dentro de uno que va surgiendo, por ejemplo, en momentos que tienes que tomar posturas ante la vida,
-       Sí, pero para mí es importante tenerlo como un objetivo a alcanzar
-       ¿Cómo un objetivo? No te entiendo.
-       Lo que quiero decirte es que como ya estoy harto de criticarme mis torpezas, pues ahora, he reflexionado sobre mis errores, y ya está bien; tengo que ser capaz de hacer otra vida para mí y mi objetivo será el ser feliz, el estar a gusto y no pasarme el rato lamentándome.
-       Bueno, sí. Me parece una idea fantástica. Tener siempre como meta una cosa, en tu caso el ser feliz. Pero ¿es lo único? ¿a costa de los demás, que también queremos ser felices?
-       ¡Que no, tío! ¿Tú no sabes que las personas podemos cambiar? Sí, sé que hay momentos duros en la vida, pero no quiero dejarme derrotar por los que puedan venir. Deberías estar más contento pues quiero cambiar de estilo.
No, me parece genial que cambies de postura. Asumir las cosas como vengan, no culpar a nadie etc. son cosas estupendas que me alegro si te salen de dentro. Conformarse con el sufrimiento, asumirlo, rebelarse, negarlo, justificarlo, culpar a alguien, culparse uno mismo..., así no resolvemos los problemas. Es cojonudo hayas decidido este camino. Y te lo voy a recordar, cuando pongas la marcha atrás.