Si algún golpe de suerte, a
contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a
contravida,
te torna pájaro que quiebra
el vuelo
y te revuelca con el ala
herida...
Y hay tanto viento para andar
las ramas.
Tanto celeste para echarse
encima.
Y pese a todo, vuelve la
mañana.
Y está el amor que su milagro
arrima.
Por qué caerse y entregar las
alas.
Por qué rendirse y manotear
las ruinas.
Si es el dolor, al fin, quien
nos iguala.
Y la esperanza, quien nos
ilumina.
Si hay un golpe de suerte, a
contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a
contravida.
Abrí los ojos y tragate el
cielo.
Sentite fuerte y empujá hacia
arriba.
Héctor Negro - Cesar Isella
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