Ayer jueves, 21 diciembre, a las 16,21 horas canarias hemos entrado en el
solsticio de invierno. El SOLSTICIO DE INVIERNO es la fiesta del nacimiento de
la luz, de la creación, de la vida. En la antigüedad, al solsticio se le
llamaba puerta, porque pensaban que este acontecimiento astrológico abría la
puerta que conecta el Cosmos, la energía universal, con la Tierra. Por eso, se
llevaban a cabo rituales mágicos con el fin de atrapar esa energía.
Esta noche de diciembre será la más larga y también una de
las más mágicas y esotéricas, perfecta para meditar y pedir deseos.
Solsticio significa “sol inmóvil”. Se podría decir que el
solsticio de invierno marca el momento en el que el tiempo se detiene. Por
ello, todo a nuestro alrededor invita al recogimiento, a la reflexión, a la
meditación.
Con la llegada del solsticio de invierno, experimentamos una
revolución interior que nos ayudará a decidir lo que deseamos apartar de
nuestra vida y lo que queremos que permanezca.
Cuenta la leyenda que el día 21 de diciembre el espíritu de
la Navidad baja a la Tierra para transmitirnos alegría, paz y abundancia. Y lo
hace ese día porque es mágico, porque flota en el ambiente algo sobrenatural,
algo que no puede explicar nuestra razón, pero que podemos percibir. Es como si
durante la noche del 21 al 22 de diciembre, el Cosmos dejara entrar un soplo de
aire cargado de energía renovada.
Atrapemos esa energía mágica y misteriosa que encierra la
noche del solsticio de invierno y pidamos al Cosmos un deseo. Y que el espíritu del amor y la armonía que
flota en el ambiente nos sirvan para cerrar heridas, zanjar viejas rencillas y
atar lazos profundos de amistad
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