Sus nietos (unos 32, más uno
que se esperaba casi para mañana) le regalaban para su cumple –el 18 de
diciembre-. A los bisnietos se les pedía abstención en el regalo, pues de lo
contrario estaría todo el día abriendo paquetes). Era una fecha importante cada
año, pero este lo era más: celebraba los 99. A la puerta de los cien. Cuando
venían todos, como ese día, alquilaban el almacén más grande del pueblo. Ella
siempre les sermoneaba porque estaban más atentos al "whasap" que a lo que decía
ella o a lo que jugaban sus primos.
Cinco de los nietos habían
decidido regalarle en el 99 cumpleaños un móvil con whasap para que hablara con
sus nietos. Y, esperando una reacción hosca de su abuela, la oyen decir con
entusiasmo: “Ohhh ¡qué regalo más bonito! Así estaré todos los días más cerca
de la poesía”. ¿De la poesía?, exclamaron unos muchos a coro, mientras se
quitaban los auriculares pues escuchaban a la abuela sin perderse la música del
momento.
“Sí, más cerca de la poesía.
Escucharé lo que ha pasado en aquella mina africana donde han muerto varios
niños, estaré al día cuando un río parta el corazón de un monte, me enteraré de
los juguetes que más se venden hoy, recordaré las tantas comidas que he guisado
mientras escucho recetas tras recetas en algún programa de radio…”
- Eso son noticias, abuela,
no poesía
- Poesía es la vida, mis
hijos. La poesía se hace desde la vida, de los trabajos donde hay producción y
donde explotación, desde la escucha de lo que la gente habla, de los dichos y
hechos de los enamorados, de las bombas de los que no nos quieren y de los
afectos de los que sí, y más, y más y
más. La poesía somos nosotros, ustedes y yo, con nuestras bondades y maldades,
con nuestras cualidades y defectos.
Y un gran silencio se hizo en el almacén, que al instante fue roto por las voces de unos a las que se adhirieron los demás, cantando canciones de entusiasmo por la vida, como aquella de Serrat que decía…
La Poesía es darle un sueño y un propósito a nuestra vida!
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