A través del humo de las
máquinas, John vio la señal que le hacía su compañero... la transmitió a los
que estaban a su alrededor: la huelga había empezado. Eran muchas las lágrimas
que se habían derramado, demasiada gente con luto donde se había perdido la
noción de los colores, el personal sanitario hacía guardias de cuarenta y ocho horas
para poder calmar aquel dolor que hasta se respiraba en las paredes, y los
cementerios no podían cerrar las noches ni los fines de semana, pues era
incontable el número de inquilinos que a diario solicitaban una plaza.
Cada día aparecían por el
pueblo gente diferente con folletos de triste color que repartían por doquier
llenos de imágenes fantásticas de ángeles, monstruos y cataclismos. Se hacía
necesario la aparición de otra gente que aportara nuevos descubrimientos, otro
tipo de revelaciones que hicieran posible un mundo otro, donde se pudiese vivir
al menos sin que la comida te hiciera daño en el estómago.
De esta manera, como si de un
nuevo apocalipsis se tratara surgió un minúsculo grupo de personas que
sembraban otras semillas como “si te están haciendo daño es que son malas
personas” y “no tienes por qué tolerar al que conscientemente te hace daño”,
“de la misma forma que han sido pacientes y constantes soportando ese
sufrimiento, es la hora de aumentar la constancia y la paciencia para quitarle
a ellos el candelero y seamos todos los que compartamos la luz en este pueblo”.
Y les advertían: esto va a
ser una lucha, pues nos vamos a manifestar contra los que han dirigido nuestras
vidas para ser nosotros los que la llevemos adelante. Así pues, la lucha no
será en vano. Si vencemos tendremos un premio: la libertad. Y recordemos que la
vida solo merece la pena ser vivida si es en libertad. Iremos en el bregar de
cada día a por todas. No nos conformaremos con que el cementerio pueda cerrar
por las noches y los fines de semana. Queremos un mundo donde no haya llanto,
dolor provocado o muerte programada.
Seamos conscientes: todos
sabemos que estáis sufriendo y que son pobres, cuando en realidad sois ricos.
Por un nuevo nombre nos conocerán cuando comencemos a luchar contra el mal
organizado porque un nuevo mundo comenzará.
Y así fue cómo aquella
multitud que parecía una suma de nadies empezó a beber valor, coraje,
prudencia, y riesgo.
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