16 de noviembre, viernes a media mañana.
Escucho en una emisora de radio y leo en prensa económica que, de las 2.400
empresas que han cambiado de sede social fuera de Cataluña, 1.400 de ellas han
cambiado también ya el domicilio fiscal. Mañana serán más, seguramente, pero de
momento lo que ya queda patente es que la recaudación por el Impuesto del Valor
Añadido dejara en las arcas de Hacienda en esa comunidad 1.750 millones de
euros. ¡Se dice pronto! No, ese dinero no se ha perdido. Se recaudará en otras
administraciones -en la madrileña, la valenciana, la vasca, la riojana…- pero
no en Cataluña.
¿Qué diferencia hay si, al fin y al cabo, se recaudan y no se pierden?
Aparentemente nada ¿verdad? Pero nada es inocente o inicuo en Economía. Las
reservas de hospedaje turístico han descendido en un 14% para el mes de diciembre
respecto a las mismas fechas del año pasado. Y estos sin son datos que tienen
trascendencia en la economía real. La bolsa española lleva todo este mes en
números negativos, ni un solo día de lo que llevamos de mes ha acabado en azul
su índice. De hecho, son las dos caras de la misma moneda.
¿Cuántos empleos se habrán perdido y se perderán en el futuro por haberse
dejado llevar exclusivamente por el corazón? ¿Cuántas vidas habrán cambiado sin
saberlo en vías de –no dudo que con toda
inocencia- un sueño con pocos visos de posibilidad?
No entro a discutir la legitimidad, justicia, o cualquier otra categoría
moral o, siquiera, dialéctica en cuestión. Soy economista y de izquierdas, no
me pidas más. Me atengo a los hechos y los hechos cantan por sí solos.
Por si fuera poco, termino leyendo que Milán –o en su defecto Bratislava-
parece ser en definitiva la nueva sede de la Agencia Europea del Medicamento,
antes en Londres y que, tras el Brexit, cambiará su sede. Se esfuma la
posibilidad de que se aloje en Barcelona. Otro tiro en el pie del nacionalismo.
No pasaría nada si no fuera porque se esfuman 900 puestos de trabajo directos, de
“alta cualificación” y asegurada permanencia en el tiempo -“900”, más los
derivados de su presencia-.
Caro nos va a salir a todos la fiesta.
Frases y Refranes:
-
Juegan los burros y pagan los arrieros
-
No la hagas y no la temas
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