Para ti,
amigo/a desde los foros y/o grupos de la red.
Libres. Con
ese sentimiento mágico que da la libertad. Como ave que vuela sin ataduras.
Como agua que corre serena por los barrancos y se mezcla en el mar con otras
que también llegan.
Grandes. Con
la perspectiva que se ve desde una montaña. Abiertos al horizonte. Abrazando en
vivo las estaciones que se van sucediendo -especialmente, la primavera-.
Buena gente.
Como el pan nuestro y recién hecho que nos acompaña cada día en la mesa del
hogar. Como el calor del hogar cuando uno regresa lleno de problemas o
interrogantes.
De altura.
Estirados/as. No para contemplarte superior a los demás ni para mirar por
encima del hombro, ni mucho menos para ver a los demás como aprendices tuyos.
Alto/a, con los brazos abiertos, dirigidos al cielo, relajado, como quien se
sacude la pereza extendiendo y tensando los músculos del cuerpo, sacudiéndose
los problemas para, saltando por encima de ellos, seguir subiendo la montaña.
Blanco, como
las rosas blancas. Del color de la limpieza, la blancura de la casa siempre
atendida, las sábanas limpias secándose al sol, un corazón abierto que se
ofrece a los demás.
Así, entre
otras cosas, deseo que seas tú, amigo de los foros donde participo y que me
lees dando tu opinión o en silencio; a ti, que recibes también la mía. Sean de
donde fueren, hayan corrido lo que hayan podido, tengan esta costumbre u otra.
Sabiendo que cada uno como isla separada no funciona, sino que toda isla,
abierta al mar, está en comunión con las otras.
Veloces y
acogedores como el aire y como el viento. Abrazados en uno, pues eso: somos
uno. Ya de América Latina, ya viniendo de África, ya quedándose en cualquier lugar
de España. Vamos y venimos, cada uno con sus canciones, sus costumbres.
Nosotros somos Colombia, País Vasco y Andalucía. Somos los mismos con el nombre
de Canarias, Aragón, Cataluña, Galicia o Madrid. Nuestras fronteras se han
ensanchado; tanto, que ya no se ven, ni aparecen en los mapas.
Para
nosotros es mejor vivir así: mezclando problemas y alegrías unos de otros que
llorando ante un fantasma ciego o dándonos de cabezazos ante una muralla a la
que los golpes la hacen más fuerte.
Son, entre
otros, mis deseos para ti que nos lees.
La vida
tiene problemas. Sí. Todos vivimos unos u otros. Pero en medio de ellos la vida
también es bella, y ninguno aumenta el problema del otro con el suyo propio. Y
es que eso: siendo iguales, somos todos diferentes. Por eso el contacto de unos
con otros siempre nos enriquece. Algo podemos aportar al otro. Algo aprendemos
siempre del otro.
La vida es bella y tu dedicatoria la hago mía. Me gusta ese juntos e incluso revueltos
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