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viernes, 11 de diciembre de 2020

Seis historias

Espero que te gusten estas seis historias.

Son tan pequeñas que sólo te tomará un minuto leerlas.

1.- Un día, los hombres del pueblo decidieron orar para pedir que lloviera. El día de la oración, toda la gente se reunió, pero solo un niño llegó con paraguas.
Eso es FE

2.- Cuando avientas a un bebé en el aire y se ríe es porque sabe que lo atraparás de nuevo.
Eso es CONFIANZA

3.- Cada noche nos vamos a dormir, sin la seguridad de que estaremos vivos a la mañana siguiente y, sin embargo, ponemos la alarma para levantarnos.
Eso es ESPERANZA

4.- Hacemos grandes planes para mañana a pesar de que no conocemos el futuro en lo absoluto.
Eso es SEGURIDAD

5.- Vemos el sufrimiento en el mundo y, a pesar de ello, nos casamos y tenemos hijos.
Eso es AMOR

6.- Había un anciano con la siguiente leyenda escrita en su camiseta: “No tengo 70 años, Tengo 16 con 54 años de experiencia”.
Eso es ACTITUD


¡Vive tu vida así, con Fe, Confianza, Esperanza, Seguridad, Amor y Actitud!



domingo, 22 de noviembre de 2020

Ernest Lluch


De aquella mañana lo que más recuerdo son las lágrimas desconsoladas de una compañera de curso en la facultad de Económicas. Nos acabábamos de enterar del asesinato de Ernest Lluch, a manos (cobardes) de ETA. Había sido -si no recuerdo mal- ministro de Sanidad de uno de los gobiernos del PSOE en tiempos de Felipe González y había aprobado su etapa con un “más que suficiente”. Pero nosotros no le recordábamos por eso. Había sido profesor nuestro en la Facultad de Ciencias Económicas de Valencia. Era un profesor riguroso –“riguroso” en todos los sentidos-. Se decía que si aprobabas su asignatura (Teoría Económica de 5º) aprobabas la carrera. Mucha gente se dejaba su asignatura para el final, anulando convocatorias, para dedicarse exclusivamente a ella. Pero era honesto, el nivel que te pedía para superar sus exámenes era el que el te ofrecía en sus clases, cosa que, como bien sabemos, no siempre ocurre. Quizás por eso no recuerdo yo críticas a su forma de hacer. Un tiro en la nuca se lo llevó por delante. Y nos quedamos con las lágrimas o, en el mejor de los casos, con la mandíbula apretada por la rabia.

Recuerdo otro día -éste estoy seguro que era un sábado, un angustioso sábado- cuando esa misma ETA acabó con la vida de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua. Lo recuerdo muy bien porque, por entonces, yo trabajaba en un medio de comunicación y hubo programa especial, motivado por ese ejercicio de cinismo en el que ETA convirtió aquella jornada en la “crónica de una muerte anunciada”.

En la memoria se me difuminan los otros novecientos y pico nombres de hombres y mujeres que sufrieron similar suerte. Quedan, claro, el atentado siniestro de Hipercor en Barcelona o la casa-cuartel de Zaragoza, el atentado en la T4 de Madrid, Irene Villa…, Ortega Lara, pero para casi todos los demás tienes que recurrir a Internet para refrescar los recuerdos.

Pasan los años, parece que el tiempo va relegando al olvido nombres y lugares. Tal vez deba ser así, pero en parte, sólo en parte, no vaya a ser que por el sumidero del olvido se nos borren de la memoria gente que se dejó la vida por el camino. 

No me atrevo a valorar (aunque mi corazón lo tiene claro). “No toca”, que diría alguno. La historia pondrá las cosas en su lugar. Aquí sólo hemos querido evocar las muertes inútiles -como ahora queda claro- de algunas de sus víctimas y un par de recuerdos personales que me vienen a la memoria.



jueves, 2 de julio de 2020

Ahora que los búfalos se han ido



“En ningún lugar existe signo alguno del ayer; ni un simple mojón o monumento. Aquí se ha vivido mucho, sin duda, pero ha sido una vida que no ha dejado huella a su paso. ¡Un momento! Sí ha quedado algo de la vida de antaño: pisadas. Mirémoslas en esos senderos negros, pequeños y estrechos, que confluyen en el agua: pequeños surcos oscuros que serpentean y se retuercen. Son las pistas de búfalos de los viejos tiempos. Y han desaparecido los Cree y los Pies Negros, que eran los pueblos cazadores que los abatían. También han desaparecido los que traficaban con sus pieles.

El agente comercial Marc Thavish, que había comenzado a trabajar en la Gran Compañía siendo niño, pasó la vida escalando puestos, desde Fort No-sé-qué hasta Fort No-sé-cual, y convirtió en una buena presbiteriana a una india squaw, para, en sus últimos años, ver horrorizado cómo el mundo expulsaba de sus pastos naturales a sus queridos animales salvajes.

También han desaparecido las grandes manadas de las que vivían tanto el cazador indio como el traficante de pieles. Todos han desaparecido: los indios, los traficantes y los búfalos, y en las inmensas llanuras quedan estas pistas estrechas, señal postrera de un mundo que ya no existe”.

De “Memorias y aventuras” de Arthur Conan Doyle



viernes, 19 de junio de 2020

El Manifiesto de Alcatraz









Hace unos días, un amigo  y yo comentábamos los incidentes que están teniendo lugar estos días en Estados Unidos y en otras muchas partes del mundo, como reacción al asesinato de un ciudadano negro por parte de la policía en una identificación casi rutinaria. Me decía él…

- Si esto está ocurriendo -y con razón- con la discriminación que hay con la gente de color, a saber las vergüenzas que se destaparían si se contaran las masacres sufridas por los indios. Lo raro es que no se les oiga protestar.

Y entonces tuve que recordarle que ya en los años sesenta del siglo pasado, los nativos americanos se movilizaron muy activamente reivindicando derechos e igualdad. Algo consiguieron y la lucha continua, aunque soterrada y en algunos casos reprimida por la mayoría blanca. De hecho, en llegaron a ocupar la Isla de Alcatraz, en la que se alzaba el edificio e instalaciones de lo que había sido la famosa prisión. Incluso redactaron un manifiesto, no exento de cierto visión irónica de la Historia. He aquí su contenido.


A los grandes padres blancos y a su pueblo:

Los nativos norteamericanos reclamamos, en nombre de todos los indios, en virtud del derecho del descubridor, la tierra conocida por el nombre de Alcatraz. Queremos ser justos y honrados con los habitantes blancos de este territorio y, por ello, les proponemos el siguiente acuerdo: adquirimos la isla de Alcatraz por 24 dólares en perlas de vidrio y una tela roja, emulando la compra de una isla similar por el hombre blanco hace unos trescientos años. Sabemos que los 24 dólares en especies por estas 16 fanegas es más de lo que se abonó en la venta de la isla de Manhattan, pero también sabemos que el precio de la tierra se ha incrementado con el paso de los años. Nuestra oferta de 24 dólares es mejor que los 47 centavos por fanega que los hombres blancos están pagando actualmente a los indios californianos por sus tierras. Mientras el Sol brille y los ríos vayan a parar al mar cederemos a los habitantes de esta tierra una parte para su propio uso, ya que el gobierno indio, en calidad de fiduciario a través de su Bureau for White Affairs (BWA) -Ministerio De Asuntos Con Los Blancos-, permitirá su administración. Por otra parte, instruiremos a los habitantes en la forma de vida correcta. Les transmitiremos nuestra religión, educación y estilo de vida, para que alcancen el grado de nuestra civilización y podamos liberarles a ellos y a sus hermanos blancos de su existencia salvaje y desgraciada. Proponemos el acuerdo de buena fe y deseamos mantener siempre una relación justa y honrada con todos los blancos.

Creemos que esta isla llamada Alcatraz es más apropiada para este fin que una reserva para indios, como se refleja en los estándares del hombre blanco. Con ello nos referimos a que este lugar se asemeja a la mayoría de las reservas en muchos aspectos:

1.- No existe acceso a la infraestructura moderna ni medios de transporte
2.- No hay agua potable;
3.- Las instalaciones sanitarias son insuficientes;
4.- No existen derechos de perforación y extracción de petróleo y bronce;
5.- No hay industria y, por tanto, los niveles de desempleo son muy elevados;
6.- No hay asistencia sanitaria;
7.- La tierra es rocosa e improductiva y no podrá alimentar a los animales;
8.- No existen centros de formación;
9.- Los residentes son tratados como presos y carecen de independencia.


Sería muy adecuado y simbólico, porque los barcos de todo el mundo que pasaran por debajo del Golden Gate lo primero que verían sería tierra india y de esta manera recordarían la verdadera historia de esta nación. Esta pequeña isla simbolizaría las extensas regiones que una vez ocuparon indígenas libres y nobles. ¿Cómo vamos a aprovechar la tierra?. Desde que se incendiara el Centro Indio de San Francisco, los indios no disponemos de un local donde reunirnos. Por esta razón, la isla debería albergar varias instalaciones para los indígenas:

1. Un centro para el estudio de los primeros habitantes de Norteamérica transmitirá a los jóvenes lo mejor de nuestras artes y ciencias, y les enseñará las habilidades y conocimientos para mejorar la vida material y espiritual de todos los pueblos indígenas. Anexo a este centro deberá construirse una universidad a distancia dirigida por los indios, cuyos estudiantes deberán aprender los valores tradicionales de los habitantes de las reservas, de los que carece la formación de los blancos.

2. Un centro espiritual indio transmitirá los ritos de nuestras antiguas ceremonias religiosas y nuestra medicina. Aquí se representarán nuestras artes y nuestros jóvenes aprenderán música, danza y medicina.

3. Un centro ecológico indio formará a nuestro jóvenes en la investigación y tecnología científica y ayudará a devolver a la tierra y al agua a su estado puro y natural. Intentaremos que el aire y el agua de la Bahía de San Francisco vuelva a estar limpio. Vamos a restablecer la vida marítima y terrestre, que se vieron amenazadas por la emigración del hombre blanco. Deberíamos desarrollar un sistema de desalinización del agua del mar para el consumo humano.

4. Un gran taller de formación indio enseñará a nuestros pueblos cómo sobrevivir en el mundo actual, cómo aumentar el nivel de vida y erradicar el hambre y el desempleo en todos nuestros pueblos. Dicho taller de formación albergará un centro de artesanía y manufacturas indias, así como un restaurante de comida indígena y cursos de cocina para indios. Este centro mostrará a la opinión pública el arte y la cocina nativa de todas las tribus para que todos puedan ser testigos de la belleza y el espíritu de las tradiciones indias.

5. Algunos edificios alojarán un museo que exponga nuestros platos y otros logros culturales que hemos ofrecido al mundo. Otra parte del museo mostrará todo lo que el hombre blanco ha dado a los indios a cambio de sus tierras: enfermedades, alcohol, pobreza y pérdida de la identidad (simbolizada en latas de conserva, alambradas, neumáticos, envases de plástico, etc.). Otra sección del museo se mantendrá como calabozo, en señal de recuerdo de los presos indígenas que se rebelaron contra el dominio blanco y aquellos que fueron encerrados en las reservas. El museo exhibirá los logros y miserias de la historia de los indios, entre ellos los tratados ignorados, la documentación del "sendero de las lágrimas", la masacre de Wounded Knee y la victoria sobre el "rubio" Custer y su ejército.

Por todos estos motivos reclamamos, en nombre de todos los indios, la presente isla para nuestra nación indígena. Creemos que se trata de una petición justa y que se nos debería ceder la tierra, mientras los ríos sigan su curso y el Sol siga brillando.

Indios de todas las tribus
Noviembre de 1969, San Francisco, California