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sábado, 17 de agosto de 2019

Amor, miedo y muerte





Amor, amor que se desborda por los libros, el teatro, por la música, por la poesía, por Andalucía, por su madre. Y el otro amor que duele, que traiciona, que desprecia, que solo le trae tristeza, soledad, que le hace llorar “como lloran los niños del último banco”.

Y el miedo, miedo a la soledad, a la traición y a la muerte, sobre todo a la muerte. “Si muero, dejad el balcón abierto”

Y la alegría arrolladora para disimular el amor fracasado y el miedo, y las traiciones.

Y todo eso es Federico García Lorca, que sabe de alguna manera que Él será eterno, universal, que su poesía recorrerá el mundo  por siempre. Él lo sabe, por eso nos dice:

“Quiero dormir un rato,
Un rato, un minuto, un siglo,
Pero que todos sepan que no he muerto…

Y lo sabemos, nunca ha muerto…sigue estando entre nosotros cada día…



domingo, 21 de julio de 2019

El día que no llega


No hace falta haber estudiado. Ni siquiera Derecho. Venezuela tiene unos abogados particulares que son los ángeles chavistas. Y estos ya están más que pagados y amortizados.

Sé prohíbe la entrada de ayuda alimentaria. Aumenta vertiginosamente el número de hombres y mujeres que protagonizan día tras día la ruta al exilio.

Y poquitos y contados con los dedos de una mano, los países que estén a su favor de mantener un régimen cuestionado. Un régimen podido, que no merece el apoyo de países serios, democráticamente hablando.

Uno de pregunta una y mil veces repetida es cómo es posible que los organismos internacionales no hayan sido capaces de parar esta desgracia.

Ya ni siquiera es tiempo para mediaciones. Hay que cambiar de raíz. Y espero sea pronto. Seguro que Maduro y los que le sostienen en el poder ya tendrán en su bolsillo el cheque de salida de Cuba y entrada en otro país así como para el pan nuestro de cada día y para algo más que para pan.



domingo, 31 de marzo de 2019

Miedos


Me comentaban hace pocos días que una de las realidades más fuertes que existen en todas las personas es el miedo. Curiosamente con muchas personas con quienes he coincidido estos días he terminado hablando del tema.

Un miedo genérico, un miedo a nada en concreto, sino a todo en general. Miedo frecuentemente alimentado -exacerbado diría yo- por los medios de comunicación, basado unas veces en circunstancias verídicas, pero otras muchas en medias verdades -que es una forma sutil de decir “medias mentiras”-.

Recientemente, un líder político hablaba de la necesidad de que se liberalizara la posesión de armas, para que quien lo considerara necesario pudiera adquirirlas para su autodefensa nacional. No lo hacía en un mitin, lo dejaba caer en una entrevista concedida a una revista defensora de esta medida. Pareciera que la sociedad española se hallara en una situación crítica de violencia social axfisiante. Y sin embargo lo índices objetivos contradicen semejante afirmación.

Pero esta es solo la cara más básica de ese miedo genérico al que nos referíamos. Otros son mucho más imprecisos. Pero de todos ellos alguien saca partido, a alguien le interesa que, en el seno de cada sociedad, anide ese miedo. Alguien saca partido. Y ese alguien -a veces muy difuso y a veces muy concreto- tiene nombre: el poder. Que cada igual lo analice y lo identifique.

Como dice el adagio popular… “El miedo es libre”,… cierto, pero no tanto.