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martes, 19 de mayo de 2020

Pastores y rebaños

Hoy muchos líderes se refieren a los ciudadanos como un rebaño. Y aunque pueda parecer gracioso, responde al significado metafísico de la oveja que es un animal inofensivo e inocente; representa la vida natural que fluye en la conciencia del hombre desde el Espíritu. Es pura, inocente, sin culpa.

Por lo cual la separación de las cabras de las ovejas es un proceso mental en el que los pensamientos buenos, obedientes y provechosos (ovejas) se retienen (se colocan a la derecha). Mientras que los pensamientos obstinados, egoístas e inútiles (cabras) se retienen (se colocan a la izquierda). De modo que no es casual que en Occidente existan refranes muy arraigados en el inconsciente colectivo referentes a una determinada conducta. Por ejemplo, quién no ha escuchado que “la cabra tira al monte”, “está como una cabra” o que “es la oveja negra de la familia” para definir a aquellos que son rebeldes. Así mismo, al otro extremo escuchamos “ovejas bobas, donde va una, van todas...” y como decía Fray Luis de León, “los pastores serán brutales mientras las ovejas sean estúpidas”.

En consecuencia, las palabras jamás se eligen al azar. Diestra y siniestra. Bien y mal. Son diametralmente opuestos. De hecho, si preguntamos a los granjeros nos dirán que las cabras y las ovejas no deben compartir el mismo redil ni los pastos. La convivencia de ambas especies potencia las infecciones, tanto para una como para la otra.

Michael A. Galascio Sánchez



viernes, 16 de marzo de 2018

Las cosas completas


Me dicen que hago las cosas al revés. Que no me adapto a las situaciones, que cuando estoy en el campo, lo que hago es lo que allí no hay costumbre. Me lo dicen como crítica a mi estilo de vida. Pero yo acepto eso que me dicen. Porque mi criterio es: en donde estoy hago lo que falta.

Cuando camino no lo hago en la dirección del aire sino que parto el aire y pronto viene de regreso a llenar los espacios donde estuve.

Nadie está quieto. Todos tenemos razones para movernos. Yo me muevo para crear condiciones que hagan aparecer cosas nuevas que corten la rutina que tanto quiero ignorar.

Me muevo para que las cosas no sean así porque siempre lo hayan sido. Me muevo porque quiero ir viendo cada día un mundo distinto, donde las cosas se ajusten más a la normalidad, aunque la normalidad no sea mi fuerte.




domingo, 12 de marzo de 2017

Diferentes pero iguales

     Se sentía con unas cuantas carencias en la vida: no cantaba bien y no había forma de aprender a tocar la guitarra. Y el mismo se añadía más cosas. Se sentía inferior a los demás. Y pensaba: ”Soy tan distinto que vivo lejos, al sur, en los límites con la tercera división”.
     En la familia y en la escuela nos habían enseñado que “Siendo diferentes, somos iguales.  Somos iguales en dignidad, en derecho, en consideración. No lo somos en forma de ser y expresarnos, en opciones, en ideas, en costumbres, etc. Somos diferentes- hasta un jardín con todas las flores del mismo color resultaría feo -, pero nuestras diferencias no nos hacen merecer tratos diferenciados.

     Hoy, ante su majadería, se lo volví a recordar: “Déjate la venda que te han puesto y seguirás viendo a unos con más prestigio y otros con menos. Todos tenemos falta de algo. Pero todos tenemos también la misma dignidad y nos merecemos el mismo respeto”.