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lunes, 19 de noviembre de 2018

Una profesión de futuro


Nació y se desarrolló en una isla canaria, en la más pequeña. En La Graciosa. Digamos que nació nadando. Su vida, su deporte, su pasión: el mar. Cuando empezó en una profesión de futuro sobre la marcha, el mar se centró en su pensamiento. Quería algo nuevo. Diferente. El mar, el agua para ella tenía muchas posibilidades. Digamos que la práctica la tenía ya realizada.

Buscando algo nuevo y sin saber qué profesión podría elegir marcho a Madrid. A punto estuvo de volverse a las 24 horas. Caminar por aquellas calles era para ella un ejercicio de acrobacia. Tropezaba y se daba esquinazos cada tres por tres. Lógico. Miraba para todas partes: edificios, torres, alumbrado menos para el suelo...

Confusa, de vuelta al piso donde se dormía ya iba con la idea hecha: “Aquí estoy de sobra. Mañana en lugar de ir a la universidad para informarme de las diferentes opciones que tengo volveré al aeropuerto”.

Con esa idea se acostó y con la misma se levantó.. al salir de su casa para comprar el bocadillo del desayuno tropezó con el vecino que también salía a coger el ascensor. Hablaba en sus ojos. Le tocó uno de sus puntos débiles; la nieve. Algo que ella no había visto. Se entusiasmo y salió con él en la montaña... ahí comenzó lo que llevaba buscando. la oferta de su vecino que acabo de conocer le pareció como caída del cielo. Así que no lo pensé. Se abrigo y se montó en el Jeep de su vecino.

Era algo en lo que desde pequeña le llamaba la atención. Pero viviendo en La Graciosa... hasta se había olvidado y no entraba en sus proyectos para su formación profesional. Raúl, el vecino en cuestión, por el camino le fue dando pequeña instrucciones. Ella, sin sonrojarse, le dijo:

- Como me salga bien, comienzo a entrenar para ser campeonas del mundo.

Y así  inició su periplo y de tal forma lo hizo que los dos primeros años ya había estado en las estaciones más importantes del planeta. En su pueblo rodeado de mar y de sol, siempre con ambiente de playa no se perdían un programa televisado de esquí. Hasta que en el pasado de diciembre logro su objetivo. La vuelta al pueblo fue espectacular. Los vecinos que ese año se había mudado para la isla de Lanzarote estaban todos ahí el día que ella volvió. Tuvieron que traer autobuses desde la isla cercana celebrando la nieve por abundante sol. Ambos, sol y mar, mar y sol fueron los animadores de calle en esta impresionante jornada.



viernes, 15 de junio de 2018

La realidad


Lo real, pensamos, es aquello que con tus ojos puedes ver. Pero igual de real lo son también las flechas que en tu camino van lanzando para impedir tu caminar. Y lo mismo de realidad tienen aquellos momentos, espacios y lugares donde puedes sentarte a descansar.

De la realidad de cada día forman parte también aquellos puntos, que a ti tan lejanos te parecen, donde el cielo y mar se abrazan. Sin embargo, hay también horizontes cercanos, muy cercanos a ti por los que de largo no debes pasar. De la realidad forman parte también los cientos de miles de obreros que ante la puerta de la fábrica siguen de pie esperando que, al menos uno a uno, puedan ir entrando a buscar el pan de cada día.

Y lo más real, no lo olvides -tan real que es lo mismo que nos hace ver las otras realidades- es ese sol rojo, redondo y hasta sonriente que, haciéndonos guiños siempre está, aunque muchos con él enfadados seguimos pues también continúa regalando días al patrón.

Y lo más curioso que pertenece a la realidad es que yo haya escrito este post y tú ahora leyéndole estés.




sábado, 22 de abril de 2017

Se sentía mayor


Se sentía mayor. Como un árbol mustio, se comparaba. Y decía que aquella nueva vecina que había llegado hace pocos meses era Doña Muerte. Y es que desde el día que llegó a la casa de al lado no se escuchaba música alguna ni con las ventanas abiertas. La tristeza dominaba sus lugares cercanos. Solamente aquel sol de primavera animaba su interior cuando, asomado a la puerta de su casa, miraba hacia lo alto sonriéndole. Por eso intentaba ser fiel a esta salida y la frecuentaba en diferentes momentos del día. Y en ninguna de estas ocasiones veía a su nueva vecina.