A veces es bueno
pararse y pensar si lo que hacemos es lo correcto.
Pienso, por ejemplo,
en las fiestas de Navidad en las que ya estamos embarcados. Parece que hay que
comprar y gastar y que si no hay regalos, o estrena uno una ropa, o nos
atiborramos de comida no hay Navidad. Cuando el verdadero regalo serías
reunirnos con la gente que queremos. Regalar tiempo, cariño y compañía, debería
ser lo fundamental. Y no estar preocupados por la comida del día. Arroz,
lentejas, o tortilla, por poner un ejemplo este día están prohibidos. Unas
fiestas que eran entrañables se han convertido en agobiantes. No hay nada que
tengamos que revisar en lo que hacemos? Por otra parte Navidad nos recuerda a
una persona que hizo de su vida una donación a los demás. Más todavía para
PENSAR.
Plenamente de acuerdo con lo que expones. Le hemos dado la vuelta paganizando la Navidad con un consumo que no tiene nada que ver con el nacimiento de Cristo.
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