Al 2018 se le ha
llamado año de las mujeres. ¿Acaso sus aspiraciones se han transformado en
realidad? ¿Todo lo que ellas han
reivindicado se ha convertido en leyes que cumplir? Solo la ampliación del
permiso de paternidad a cinco semanas sería el avance legal. Todo lo demás
sigue discutiéndose en el Parlamento, entre otras la normativa para reducir la
brecha salarial entre hombres y mujeres.
A mi juicio, hay
una cosa en la que si se ha avanzado. Las mujeres se han cansado, están hartas
de aguantar. Después del 8 de marzo pasado ha surgido un sentimiento colectivo como
no se había visto antes.
Pero esa conciencia
en actividad no puede ser flor de un día. Aun hay muchísimas mesas de empresas
que llevan la coordinación y dirección donde exclusivamente se sientan hombres.
Mientras esas sillas no se muevan, mientras no cobren lo mismo hombres y
mujeres por el mismo trabajo, la rutina la costumbre y lo que “siempre se ha
dicho y hecho” seguirán dominando la
situación.
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