Hace un tiempo, motivado por
el exceso de flema, visite al neumólogo quién para llegar al fondo del problema
me mandó hacer una espirometría. Más tarde al ir a recoger los resultados, la
neumóloga observando los dibujos de la prueba hecha, fijando sus ojos en mí y
muy seria, me dijo:
- Caballero, tiene usted que
dejar el cigarro.
- ¿Dejar el cigarrillo yo? Sí
hace ya 20 años que no fumo. Y, enseñándome la prueba médica, me señaló una
parte de ella.
- Fijese, todo ese gran bulto
negro que usted ve ahí son consecuencias de la nicotina que usted consumió.
Cuéntaselo a sus amigos que todavía pueden tener tiempo...
Pero, lo sé por experiencia, hablarle
a fumadores de que dejen el cigarro es cómo construir una casa sobre arena.
No hay una solución única
para todos los casos. Y parece que no entienden que todos tenemos medido el
tiempo de la vida. Y cuando se les razona la respuesta más educada es “Ya lo
Dejaré”. Un argumento fatigado y repetido, que seguro que a ellos mismos se les
hace difícilmente digerible.
Decía Jesús Hermida: "Lo
único que tienes es la vida, enamórate de ella, se avaro de ella hasta el fin".
Debemos vivir la vida hasta el final pero siendo consciente de que tiene fecha
de caducidad.
Todo sabemos qué el tabaco es
una lenta pero segura ruta hacia la enfermedad y la muerte. lo lamentable de
ello es que el único conductor de ello es el propio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario