sábado, 10 de octubre de 2020

Tristeza



Se le notaba fácilmente. Sus ojos de color opaco eran fácilmente detectados por cualquiera que pasara por su lado. Cada día su estado de tristes era más visible. "Mira, mama, ese hombre tan joven y llorando" le gritaba, más que hablara un niño de cinco años en la cola de caja del supermercado, señalando a Jordi por su estado de tristeza, y desanimo mientras le caían unos buenos lagrimones de sus ojos. Y al pasar por su lado, desde su inocencia a la par que su sabiduría natural le dijo "Haz como yo. Cuando veo que mi padre se va a enrollar conmigo, salgo por la puerta de atrás y antes y que mi papa le pene por lo que fuese, saco la pelota de trapo. Vale más el castigo mío que el de mi padre. Jordi pasó la mañana pensando en el consejo del chaval que le hizo gracia y sonreía.


Aquel día parece que los astros se habían conjurado en torno a su manera de ser. Ricardo, compañero de mesa trabajo, le invito a un café. Jordi, para variar, intentó evadirse. Pero la cosa le resultó compleja, dado q su compañero la rdxpoccio. Vale. no hay invitación.  Pero yo si acepto ahora la que tu has querido hacerme y no has hecho


Pero no espero a que llegara el café y con un alto tono de voz le dijo: “Mira, Jordi, Cuando tú naciste hacía siglos que la tristeza era ya mayor de edad. Además, no solo tú, sino todas las personas hemos pasado en algún momento por ahí. ¡No te preocupes! Es simplemente nuestra reacción natural a situaciones de impotencia, decepción, dolor y desesperación. 


¡Claro que tienes derecho a estar triste! Sí. Pero también lo tienen los demás. No eres el único, y tú no tienes derecho a apropiarte para ti solo esa sensación; una sensación que a veces puede llegar a ser tan severa que parece vaciar todo nuestro amor hacia la vida. En muchas ocasiones nos faltan estrategias adecuadas para superar esos periodos de tristeza. Hay que buscar esas herramientas. Descifrarlas y ponerlas en marcha es vital para romper las inercias.


Al día siguiente Jordi le pidió a Pedro le acompañase a hacerse un plan personal de cambio con la ayuda de un psicólogo. 


Por suerte cada uno de nosotros somos capaces de dejar de estar triste y poder atraer felicidad.  El problema de fondo es para todos. Ni todos y los días van a ser tristes, ni todos y cada uno felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario