De nuevo aquí; de nuevo oteando el horizonte. Nos hemos tomado un respiro imprescindible, recobrando las fuerzas necesarias para poder salir de puerto y navegar hacia esos horizontes cercanos que nos gusta explorar. De tarde en tarde, hace falta parar motores, echar el ancla y calafatear el casco de nuestro pequeño navío.
Y mientras en eso estábamos, el mundo ha seguido dando vueltas, más de las que parece, a juzgar por todo lo que ha cambiado nuestro entorno durante todo este tiempo. ¿Nos lo parece a nosotros o la realidad cambia cada vez más deprisa? Y no necesariamente para bien.
En la memoria tenemos a todos eso seres queridos que ya no están con nosotros. Algunos -por no decir todos- demasiado pronto. Siempre se nos antoja demasiado pronto, aunque sea ley de vida. Pero es tiempo ya de extender las velas y aprovechar los vientos que nos empujan de nuevo a la mar, con infinidad de sensaciones mezcladas.
Pero nuestra tripulación ha crecido. A alguno y a alguna ya los conocéis, otros se irán presentado poco a poco. Sin prisas.
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