sábado, 5 de septiembre de 2020

Fusiones

 Cuando dos empresas o dos sociedades se fusionan -o una absorbe a la otra- lo hace para ganar cuota de mercado, reducir costes y, en resumen, para incrementar su cuenta de resultados. En ellos influyen también lo que en Economía se llaman “economías de escala”. Generalmente, las sociedades ahorran costes en proveedores, en transportes… pero en lo que últimamente más economizan es en gastos de personal. ¿Alguien duda que la posible fusión de Caixabank y Bankia se traducirá en un nuevo el cierre de sucursales y el despido de trabajadores de ambas entidades?

 

Costes públicos y beneficios privados. Beneficios privados porque nadie duda que, a priori, esa es la intención con la que las juntas directivas de ambas entidades planean la operación. De lo contrario no tendría sentido. Costes públicos porque la experiencia nos demuestra que esa ha sido la mecánica adoptada sin excepción en los casos precedentes.

 

Alguien dirá que son circunstancias inevitables de la evolución en los sistemas financieros allá donde ocurren este tipo de movimientos. Quizás sea así, aunque podría profundizarse mucho sobre el tema. Pero lo que no debemos olvidar es que el sector bancario recibió ayudas del estado cuando en la crisis de la década pasada recurrieron se recurrió a sacarlas de la bancarrota con aquellos rescates que nunca jamás fueron devueltos, pese a que tirios y troyanos se comprometieran a hacerlos. De momento son cantidades a fondo perdido. Nadie por parte de los beneficiarios a hecho el ademán de saldar cuentas. Ni están ni se les espera.

 

Pero eso sí, para mantener a los trabajadores que fueron a parar a las oficinas del desempleo (o los prejubilados) se recurrió a los presupuestos generales del estado para que llegaran a fin de mes… cada mes-.

 

No me cabe la menor duda de que en esta ocasión va a ocurrir otro tanto. Lo dice el refrán: “Siempre que pasa igual sucede lo mismo”.



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