Con gravedad respiro frente al mar acostado
finalmente. Duerme la mar su sueño.
sueño sin nubes; leves, borrosas, las sospechas
de nubes, lentas huyen, temerosas, extremas.
finalmente. Duerme la mar su sueño.
sueño sin nubes; leves, borrosas, las sospechas
de nubes, lentas huyen, temerosas, extremas.
(...)
Solo. Solo el mar, ya sin sueños ni espumas, permanece
fiel a su norma de verdad alcanzada.
Qué difícil velar, qué más difícil sueño,
sin sueño de espuma que gemebunda clame
mezclada a extraviadas gaviotas sin destino.
Hoy no. La mano inmensa que pudo hoy ha aplastado
la liviandad de un iris que espumoso gorjea
sólo aún allá en el fondo, con los soles partidos.
Gris sólo, noblemente gris solo, el mar tendido
no sueña. Duerme. Inmensa, la Creación se aquieta.
Vicente Alexandre
No hay comentarios:
Publicar un comentario