Es fácilmente predecible. No
necesita sesudos estudios de campo ni precisa ya análisis de las causas ni
posibles salidas desde una perspectiva no partidista. Desde que empezó el baile,
los primeros en ponerse el traje dé faena fueron los investigadores
universitarios y lo dejaron bien claro: No son episodios aislados, no es fruto
del azar, no vienen a probar suerte. Tampoco vienen para tener un sueldo
superior al que tienen ahora. Vienen porque en su país pasan hambre. Vienen
también porque tienen ideas políticas diferentes a sus gobernantes y las
expresan en público. Vienen porque quieren que a sus hijos no les falte el pan
de hoy ni el de mañana. Vienen porque no quieren que sus hijos pierdan la
oportunidad de ir a la escuela por tener que ir a buscar comida en los
basureros de las grandes empresas. Sí -oh, sorpresa-, de donde vienen hay
empresas.
Tiempo atrás, los europeos,
entre otros, con él pretexto de echarles una mano nos quedamos con la propiedad
de sus recursos naturales y sus industrias y con los nacimientos de nuevos
productos. Los pusieron a trabajar para ellos regalándoles cinco duros mientras
se traían para Europa lo que ellos fabricaban al 150% más caro de lo que ellos
se habían gustado. Descubriendo además otro tesoro escondido: africanos jóvenes
inteligentes a los que se les regalaba estudiar en las mejores universidades de
Europa y de América. Pero al acabar su formación, ofreciéndoles el oro y el moro,
cerraban la posibilidad de que ese talento diera sus frutos en su país de origen
y lo invirtieran en los países del primer mundo. Otra manera de explotar el
reino de los actuales inmigrantes, apareciendo así los robatalentos o caza
talentos.
Y vienen y siguen viniendo y nosotros
no les queremos. Y aquí seguimos a base de impulsos, sin coordinación alguna. Se
les sigue recibiendo entre policías, jueces y cárceles como si de delincuentes
se tratara. ¿Para que nos ha servido los últimos e impresionantes avances de
estudios?
Seguimos actuando sin
racionalidad y así no hay manera de avanzar. No hemos comprendido que un
problema no se soluciona atacando las consecuencias sino resolviendo sus causas.
Nos queda la conciencia de fraternidad universal.
ResponderEliminarEstá Tierra es de todos. Siempre habrá entre nosotros un nacionalismo oculto que defiende lo nuestro y ve un peligro en los distintos.
Para mi, como seguidor del Maestro, quiero descubrir al mismo Dios en los que vienen en pateras.
"Porque fui emigrante y me recibisteis"
Está claro que igualmente necesitamos un orden en todo este problema, pero considerando a todos con la misma dignidad.
Los migrantes son testigos y víctimas de la violencia en sus países y tienen el valor de mostrarnos nuestra indiferencia y complicidad de lo pasa. Hay que tener valor para esta misión fundamental para el futuro de la humanidad y de algunos pueblos en concreto. No son subsaharianos, no son subalpinos no son subpirenaicos. Si les borramos el nombre y su país de procedencia no les podemos Acoger, Proteger, Promover e Integrar. Ubuntu para ti y los tuyos.
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