¿Quién dijo la frase de “Somos lo que son nuestros actos”? No recuerdo, pero la afirmación es totalmente cierta. No valen los títulos, ni los orígenes, ni los apellidos, ni lo que ponga la tarjeta de visita.
También es cierto que, en la mayoría de las ocasiones, no está en mano de cada uno provocar grandes cambios, grandes transformaciones, pero sí realizar pequeñas cosas con gran amor. Sabía bien lo que decía la Teresa de Ávila. Sabía bien lo que se decía aquella mujer. Una frase que sirve tanto para su tiempo como en la actualidad.
Pero vivimos hoy en una realidad que da relevancia a los grandes gestos; a veces gestos grandilocuentes que se olvidan tapados por otros gestos que igual de intranscendentes a la postre.
Tampoco sé quién dijo aquello de “A Dios rogando y con el mazo dando”, pero no es mal consejo.
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