Un día nuevo para seguir aprendiendo a escuchar la naturaleza que nos rodea. Ella nos habla. No dice cosas distintas a la sabiduría. Algunos la llaman gigante de Dios.
Los árboles parecen ser los esfuerzos de la tierra para hablar con el cielo que escucha.
La. Naturaleza es un libro siempre abierto para nosotros. Aprender a obedecerla, no hay nada superfluo en ella. Nuestro espíritu viaja con ella. Ella no tiene prisa.
La vida nos ha enseñado que podemos desafiar las leyes humanas, pero no podemos resistir a la naturaleza. Que sea de verdad nuestra maestra. Y que los presente a sus mejores amigos cómo son el silencio, la música y ese algo maravilloso que nos deja en nuestro sentimiento.
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