Cuando la invasión del Tibet (por parte de China), uno de los Lamas más ancianos y respetados, decidió huir solo a través de las montañas, hasta la India. El camino -muy difícil para cualquier persona y además en invierno- convertía la escapada casi en un suicidio. Pero a pesar del frío, la dureza del camino, la falta de alimentos, tras quince días de camino llego a la frontera y allí tras calentarse y alimentare, fue entrevistado por un periodista occidental. Éste le pregunto:
- ¿Cómo a conseguido llegar, a pesar de todas las dificultades? ¿Tiene algún producto milagroso?. ¿Ha realizado algún ejercicio de concentración mental especial? Y otro montón de preguntas similares.
El monje respondió:
- Muy sencillo, primero puse un pie y luego el otro, el resto es sencillo.
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