Llegó la primavera. Dormíamos con pequeños grandes insomnios cuando la primavera se dejó caer. Símbolo de fertilidad y frescura pensar en ella hoy es como deleitarnos. ¿Necesitamos inspiración? Vayamos a la fuente y hoy quizás más que nunca se precisa renovación, rejuvenecimiento. Cuando los mayores comenzamos a sintetizar la vida aprendida durante años y todavía con la flor de la vida en sus manos, llegan otros jóvenes, y lo que se había oscurecido recupera sus colores, y volvemos a escuchar el canto de los pájaros.
Y esta misma jornada celebramos el día mundial de la Poesía. Primavera y poesía. Poemas y fiestas primaverales, fiestas este año oscurecidas por el negro paraguas que desde lejos cruza los mares. Descansan los mayores, aparecen los jóvenes... "Poesía eres tú", nos recuerdan con Bécquer. Queremos seguir la siembra que otros comenzaron y que nuestra sociedad, sus gentes y organizaciones asimilen la mezcla de poesía y primavera.
Paz permanente en las conciencias. Hombre y naturaleza avanzando en armonía. Desde la importancia de cada uno que, siendo iguales, nos hace diferentes unos los otros. La poesía a nos ayuda a crecer en la libertad de expresión y vemos con Elvira Sastre que nos anima con la siguiente consigna: "Propaga estos límites y navega siempre a la deriva". Y nos sugiere mantenernos cerca de todo aquello que quisimos y no debemos olvidar.
"Mara, fantasma azul de mis dieciséis años,
tú que fuiste una vez todo lo que perdí
y lo que nunca tuve”.
Comprender con Miguel Poveda la anchura y frescura de la libertad, sin olvidarnos para nada de los grandes maestros de este mundo, tales como Pablo Neruda y Juan Ramón Jiménez, pasando por Glorias Fuertes y Antonio Machado, al tiempo que abrimos las puertas a los hacedores de nuevas primavera: Elvira Sastre, Benjamín Prado, Ismael Ramos, Alba Cid, y muchos otros.
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