Primer día
- ¿Qué te pasa? Te noto rara. no paras en casa. Y me dices:
pasa que me voy...
- ¿A dónde?
- Al país donde no llueve y dónde las nubes tienen su casa.
- No lo entiendo, le digo. ¿Te vas así dejando a tus
animales en la llanura ex puestos al
sol?
Segundo día
No me lo podía creer. Aquellos que un día si y otro no se
peleaban entre ellos, marchándose cada uno a la casa de sus padres me mandan
una tarjeta invitándome a su boda. Me preguntaba, y me sigo preguntando, cómo
hacen eso con todo el rencor que se tienen. No solo rencor. También tienen un
menor delante. Y me vuelvo a preguntar cómo van a tapar aquellos agujeros en un
corazón ya viejo.
Tercer día
Me acabo de enterar que las personas podemos llegar a tener
más de 50.000 pensamientos al día. Sí, 50.000. te pones a pensarlo fríamente y
de te caen los cuatro pelos que te quedan. Tengo que estudiar un método para
recordar solo los que me gustan.
Cuarto día
Por más que miro en internet, no me consta que al inventor
del aire acondicionado le hayan dado el premio Nobel. Bueno, al primero que
cocinó un gazpacho tampoco. Decididamente, el mundo está lleno de injusticias.
Quinto día
Leo y les doy la razón: tres personas guardan un secreto si
dos de ellas están muertas (Benjamín Franklin).
Sexto día
¿Has visto una mosca enredada en su propio pelo y sin poder
salir? Difícil que alguien se dé cuenta de eso. Pues así es cómo estoy yo en
estos momentos.
Séptimo día
No tengo ninguna prisa para que acabe este mes. Otros años sí.
¿Qué habrá cambiado?
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