jueves, 29 de agosto de 2019

Zapatos amarillos


Caminaba por las calles del casco antiguo de la ciudad. El asfaltado eran esos viejos adoquines del siglo pasado. Por eso a cada momento paraba tranquilamente apoyándose en su bastón y rastreaba los mosaicos que habría de pisar al tiempo que, totalmente erguido y mirando a las nubes, inspiraba profundamente y expiraba soltando suavemente el aire por su boca. No era yo precisamente un hombre joven sino más bien maduro.

Cambié pronto de rumbo y crucé la calle hacia la otra acera logrando ponerme a su lado. Y le pregunté:

- ¿Cómo es que lleva usted unos zapatos de color amarillo?
- ¿Lo dice porque soy viejo? ¿Qué tiene que ver la edad con los zapatos que llevo? Puede usted llamarme viejo sin problema. Pero esos zapatos los llevo yo desde que se diseñaron.
- ¿Entonces usted era seguidor de la moda cuando joven?
- No amigo,  no. Yo no seguía ninguna moda. Yo era su creador. El que la diseñaba. Y si usted busca algo especial en esta época podría en los ratos libres dedicarle un tiempo.



No hay comentarios:

Publicar un comentario