jueves, 15 de agosto de 2019

Vacunas


Rondando los cincuenta en su trabajo estaba rodeada solo por hombres. Una sala de quince metros de largo por ocho de ancho daba cobijo a cinco mesas de trabajo, una estantería grande y un ropero donde guardar documentación. De lo que hablaba el uno en voz alta, el otro se enteraba. Y cuando no estaba el jefe, siempre había quien iniciara algún tema fuera de órbita. De ahí que Rodrigo aquel día, en plenas fiestas navideñas, comentase:

- Debe ser muy duro para una señora trabajar con tanto hombre. De ahí que pueda ser eso la razón por la que se mantiene soltera”.

Los demás compañeros, como avergonzados, agacharon la cabeza, mientras ella, erguida y con su orgullo personal a flote le respondía:

-Trabajo precisamente para ser una persona independiente, vivir de mí misma, no depender de nadie, y no vivo obsesionada por consumir más. No estoy obsesionada, como así parece estarlo usted, en la necesidad de buscar satisfacción a mis deseos”. ¿Qué más da, ser soltera que casada? ¿Tener o no tener relaciones sexuales, que parece ser su tema prioritario, a juzgar por otros comentarios que están siempre en su boca?

Sea porque aquella respuesta dejaras las cosas claras y pusiera a aquel impertinente en su sito o fuera por la conjunción de los astros, en aquella oficina no volvió a escucharse ninguna impertinencia de ese tipo.

No hay nada como una vacuna a tiempo…




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