Claudia Cardinale estaba espectacular y Alain Delon marcaba
la diferencia vestido de uniforme de oficial del ejército de Garibaldi. Al
menos, así se han quedado aquellas imágenes en mi memoria. Pero de aquella
película de Visconti –“El Gatopardo”- me quedo con la interpretación de Burt
Lancaster y su personaje, el príncipe Don Fabricio Salina, consciente de un
mundo en pleno cambio, en el que ya no valen los viejos valores sociales a
punto de ser sustituidos por otros aparentemente nuevos.
Y sin embargo, el viejo príncipe, un aristócrata del antiguo
régimen, pronto descubre que la clave para mantener sus privilegios no es otra
que aceptar esos cambios, dejarse arrastrar por ellos si es necesario, e
incluso pactar con el enemigo si fuera el caso.
En palabras de Giusepe Tomasi Di Lampedusa, autor de la
novela en que se basa el film, “Si queremos que todo siga como está es
necesario que todo cambie”. Y en eso estamos. Cambian las tecnologías, cambian
las palabras, cambian las costumbres, la forma de relacionarnos… pero no parece
que, de momento a corto plazo, se vislumbre un auténtico cambio social. Si en
algún instante del pasado reciente pudo parecer que se abrían las posibilidades,
los gatopardos de turno se han encargado de absorber o pactar con los nuevos poderes emergentes.
Habrá que seguir esperando…
No he visto esa peli. Pero al parecer es como la moda, un saco roto que se va llenando de lo que cae. Las libertades se censuran en pleno siglo XXI
ResponderEliminarSi tienes la oportunidad, te recomiendo que la veas, tanto por la historia que cuenta, como por cómo la cuenta. Prácticamente una obra maestra, una joya cinematográfica de la mano de L. Visconti.
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