Era una tarde
cálida. Había empezado la primavera. En el viejo muro de tu casa una sombra
parecía moverse. Escuchábamos los cantos
de los niños que jugaban en el patio de fuera. Y nosotros que habíamos dejado
atrás la niñez soñábamos despiertos caminos nuevos por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario