Ganó las elecciones. Y, como había prometido, quiso cambiar la Constitución. Estableció un artículo base por el que todos los ciudadanos tenían derecho a ser felices y el deber de compartir unos con otros. La oposición le ponían siempre una condición para llegar a un consenso: que toda iniciativa a legislar tuviera en cuenta que primero los legisladores debían tener el estómago lleno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario