Entre tanta y tanta fiesta
que llevamos en estos dos meses igual podemos destartalarnos o, como decimos los
canarios, "se nos puede ir el Baifo".
Pero la vida es así. No es un
todo continuo sin interrupción. No. La vida comienza cada mañana cuando nos
despertamos. Un plan nuevo. Cosas que tenemos planificadas y cosas que no. Y
más de las que nosotros habíamos pensado y que comienzan a entrar desde que
abrimos los ventanales de casa. Al despertar una nueva esperanza que nos
impulsa. Algo en lo que se parece éste al día de ayer es que los nuevos caminos
que se abren ante nosotros son “nuevos”, siempre nuevos. Y que otra gente viene
con nosotros o nosotros les acompañamos a ellos. Eso sí, que quede claro, cada
uno con su libre opción desde su corazón y sus estiramientos de libre
albedrío. No vamos a perder el tiempo intentando cambiar a alguien que
opta por otra vía. Ni siquiera pretendamos hacerlo con las personas que
queremos. Solo podemos cambiarnos a nosotros mismos.
El amanecer es un buen
momento para renovar intenciones, pues habiendo acabado el día anterior
nos hemos dado cuenta de los fallos tenidos y por lo tanto de enderezar mejor
el sendero. Por tanto, estamos en un nuevo día. Aprovechémoslo.
Justo en estos días una
familia inglesa, que habla perfectamente el español muestra continuamente
su sorpresa ante algunos vocablos nuestros que no logran entender. Cuando
nos preguntaron si el nuestro era un idioma diferente les cantamos:
“Rigui raca
Sin bon baca, sin bon ba
Hurra, hurra hurra”…
A lo que muy entusiasmados
siguieron :
“Reach in rank
Shine on back, shine on back
Hurrah, hurrah, hurra…”.
Y les explicamos cómo los
aficionados canarios lo transformaron de unos gritos de ánimo antes de
los partidos de fútbol de los ingleses y quedamos en seguir hablando de
ello al a amanecer. Se trataba de palabras como baifo, guagua, alongar, abollado, cotufa, chacho, etc. Pronto se dieron cuenta
que necesitaban unas cuantas horas más para poder decir: hablo
español.
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