“Bajar de peso”, esa es la
consigna. Búsquedas de dietas que, al tiempo de que sean eficaces, puedan
hacerse sin gran costo y si es posible sin renunciar a placeres de los que
estamos disfrutando. Google, Youtube… el caso es buscar... por si suena la
flauta.
La experiencia demuestra que
todas aspiraciones no se alcanzan sino con esfuerzo y sacrificio. No hay duros
a peseta. Algunos pretenden que las nuevas tecnologías (en alimentación en
ejercicio, en…) suplan su falta de voluntad. Queremos resultados y los queremos
¡ya!
Conceptos como paciencia,
esfuerzo, sacrificio, constancia, voluntad, aguante, motivación, empeño o motivación
se van borrando de nuestros diccionarios personales. Hemos decidido que no vaya
a la montaña; que la montaña venga a Mahoma o nada. Y lo que vale para perder
peso vale para todo lo demás -los estudios, el trabajo…-. No suele haber atajos
y rara vez pócimas mágicas que no tengan algún efecto secundario nefasto.
Y está bien que sea así. Ni
puede ni debe ser de otro modo. Es la base del progreso humano. Debería estar
prohibido decir “No puedo”-. Siempre debemos esperar lo mejor de nosotros en
cada cosa que nos proponemos.
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