Nos quejamos del servicio de
urgencias en la salud pública. Horas y horas esperando en una camilla en un
pasillo. Y ello por poner un solo ejemplo de algo con lo que no estamos
contentos. ¿Y qué pasaría si nos trasladamos alguno o casi todos los países
africanos? No hace falta investigar mucho para saber qué no hay recursos para
mantener una educación universal y mucho menos un sistema de salud. Por eso, en
muchos de ellos funciona lo que llaman “user fees”, unas tasas que las familias
pagan por la educación de sus hijos; lo cual solo podrán abonar las pocas
familias con dinero que, a su vez, irá a parar a fondos privados. Una sequía,
una epidemia, un brote de violencia acabará enseguida con las posibilidades,
sobre todo las de las niñas, que son las primeras que abandonan la escuela para
trabajar en el campo o cuidar de otras niñas y niñas. Y son las primeras en
no ir al médico o comprar las medicinas
que este les manda.
Como en otros países, incluso
los desarrollados, las diferencias sociales se agrandan de todas formas. Un
niño de familia rica puede pasar el doble de la escuela en comparación con una
niña de familia pobre.
Todo ello, como sabemos, se
podría evitar. Así lo han hecho países cómo Ghana o Etiopía, que han implantado
la educación universal. Recursos haberlos hay, pero siguen cada vez
concentrándose en menos manos. Tal es así que el informe de Oxfam apunta que el
número de milmillonarios crece al ritmo de uno cada dos días, mientras la
riqueza de los pobres cayó el 11%.
P.D./ Uno de los hombres
más ricos del mundo es Jeff Bezoa, el
dueño de Amazon, gasta su fortuna en
hacer viajes al espacio porque no sabe qué hacer con tanto dinero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario