Un tema del que ya no se
habla. Ha pasado del rincón de la actualidad al del olvido.
Tendría su vida solucionada
para siempre. Así le dijeron cuando tenía trece años después de violarla y
ofreciéndole -es un decir…- prostituirse
en España.
En cinco años paso por más de
cuarenta prostíbulos. Cada veinte días le cambiaba de lugar para que las
cucharas tuvieran culos nuevos. Luego tenía que hacer cola para comer o dormir.
Cuenta que en Rumanía su país
se fabrican putas a gran escala y que es el país mayor exportador en esta
materia. Cuando venía para España pensó que en un par de años su vida se
solucionaría. Y la realidad no fue otra cosa que una suma de engaños.
Así ha sido siempre con todas,
les prometen lo que saben que no va a tener. Les engañan, les explotan. No hay
palabras ni adjetivo para calificar esta situación.
El 50% de la ganancia qué
había que obtenían con las chicas se les iba enseguida en multas o enganchada a
la cocaína y al alcohol. Los prostíbulos han sido y siguen siendo, aunque hoy
no se hable de ellos, campos de concentración para mujeres empobrecidas en los que pierden toda identidad.
¿No es este también es un
problema de género?
No hay comentarios:
Publicar un comentario