Tiene enfermedades de todo
tipo. Camina ayudado por un andador. Es el primero que pregunta a otro
compañero si está mejor. Pocas veces desaparece la sonrisa de su rostro. Y
cuando de reír se trata, todo el mundo se entera. Suena estruendosamente y provoca que los demás
también nos riamos. Se ríe con toda la fuerza del mundo. Te arrastra.
Observando a Sergio uno
piensa qué razón tenía Neruda con aquel poema de "Quítame el pan si
quieres quítame el aire, pero no me quites tu risa”.
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