En principio somos pocos los
que no nos sorprendemos pensando lo que el destino preparado nos tiene, pero
eso no impide que, al tiempo, dudemos sobre su existencia.
Y es que hay momentos en que
uno siente que la casualidad -lo inesperado- va marcando tu vida. Sinceramente
no tengo mis puertas abiertas al destino. Si nada ocurre por azar es que
estamos predeterminados. Y si esto es así ¿dónde está la libertad y dónde el
pensamiento libre?
Hay pensamientos de ilustres
poetas y filósofos que nos alientan en pro de ejecutar nuestros sueños casi
como se pasa del insomnio a la realidad.
Así: hoy el día se presenta
ante mí esperando que yo le dé forma.
La tierra de los sueños. Hemos
soñado y seguimos soñando. No se pasa por la vida mejor por haber soñado, pero
son una palanca que muchas veces abre pistas y otras descubre caminos.
Como decía Vicente
Alexandre: “Soñar no hace ruido”.
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