Nos ofrecen regalos.
Pronostican convencidos de que la enfermedad que padecemos volará por los
aires. Nos dicen con exactitud el Premio que nos dará. Y también se aventuran a
emitir sentencia con condenas si no hacemos lo que un nos dicen... y por supuesto
son anónimos. Y nosotros como buenas
personas aliadas con nuestro deseo de agradar seguimos el juego.
Son las famosas “cadenas” de
tipo religioso parecen haber convertido a Dios en un amuleto y cuando de Santos
a imaginarse toca.
Compartir una cadena es
también, a mí juicio, darle coba al inventor de la misma. Aparte de que harás
el tonto ante el Sr Google y el ignorante que se rinde, aunque sea con el
WhatsApp
Al contrario, que digan de
nosotros ahora y en todos los momentos históricos que hemos sido libres porque
hemos roto con las cadenas que nos impiden m avanzar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario