Un discípulo preguntó a su
maestro:
– Maestro, quiero saber lo
que más le sorprende de los seres humanos.
Su maestro contestó:
– Piensan siempre al
contrario.
– Tienen prisa por crecer, y
después suspiran por la infancia perdida.
– Pierden la salud para tener
dinero y después pierden el dinero para tener salud.
– Piensan tanto en el futuro
que descuidan el presente, y así, no viven ni el presente ni el futuro.
– Viven como si no fueran a
morir nunca y mueren como si no hubiesen vivido.
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