Cuatro meses ya viviendo
separados, y lo que me parece inaudito es que no te he echado de menos.
¿Por qué nuestro
distanciamiento? Podría contarte y
preguntarte muchas cosas, pero no. Las he tirado al mar.
Si de algo pequé fue de mis
intentos imposibles para llenar nuestros varios vacíos. Como imposible nos está
siendo a muchos aminorar los sangrados que se producen en nuestra sociedad.
Mi corta experiencia contigo
me ha hecho comprender que muchas veces pedimos lo que no nos pueden dar. Por
eso es bueno fijar nuestros ojos en diversos puntos de mira.
Y ahora que tenemos la
experiencia de no intercambiar ni una mirada solo puedo pedirte que vengas a
verme después de haber eliminado palabras hirientes.
Pues si nos sentíamos vacíos
pensando que no tenía sentido lo que hacíamos o decíamos, no sigamos
alimentándolo ni con palabras hirientes ni con hastíos ni negatividades.
Si esto nos ha venido de
fuera aprendamos uno y otro a sacar de nuestro interior todo aquello que nos
llene. Comencemos la tarea de conocernos y aceptarnos a nosotros mismos.
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