En principio podemos estar de
acuerdo en que todos buscamos el bien. Sí ¿pero que bien? Los hay
que acosan, que ponen zancadillas a los que buscamos el bien común. Somos la
mayoría, y aquí es donde está la madre del cordero, ellos buscan el
bien pero el suyo propio. No entienden el lenguaje de solidaridad, de
compartir. Solo piensan que esa parte se la han quitado. Promueven el
silencio entre los sencillos y aunque luchen solo por lo suyo no tienen por qué
asolar a los demás. Ya, no hay que esperar a mañana son cadáveres. Que se
queden solos para siempre.
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