lunes, 23 de diciembre de 2019

La octava isla

Por los años veinte muchos españoles tuvieron que salir a otro país porque aquí había hambre. No tenía ni para gofio y cebollas, nos contaba cuando éramos chicos. Los cubanos nos recibieron sin papeles -hoy por ti, mañana por mí…- y otros muchos se fueron a Venezuela, tantos que hablando hoy de este país se le llama también la octava isla del archipiélago canario.

Volviendo al ahora. Algo muy reciente:

20 diciembre en las Palmas. 119 venezolanos se reúnen en una arepera de la capital Gran Canaria para celebrar el día de Venezuela. Son invitados por el dueño, también venezolano. La alegría se hace fiesta. La música suena muy por encima de lo que es normal por las calles del entorno. Los vecinos, que desconocen las razones de la ruptura de su habitual tranquilidad reaccionan disgustados y alguien se acerca a pedir explicaciones al punto de origen del tumulto, un tanto disgustado.

Mas al enterarse del motivo cambian los malos modos por cucharas y bocadillos. Y tras ello, trozos de masa rellenos de guiso, pollo, carne, aceitunas y pasas, vino, refrescos para todos. Porque de todos es la fiesta, en concreto esa fiesta: la del día de Venezuela.


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