No sé si tienen cuernos y
rabo. No sé si viven encerrados entre fuego y azufre o el azufre y toda esa pamplina
sea un cuento para confundirnos. Lo que sí sé es que son huéspedes incómodos
que cuando se alojan en nuestras casas la convierten a uno en una sombra que no
sabe hacia donde dirigirse.
El más malo que conozco yo de
todos ellos se llama la Envidia. Te
va poniendo zancadillas por todas partes y te incapacita para ser -o al menos
estar- alegre.
Conozco otro que se llama Vanidad y hace que, cuando más cuanto
más alto estés, convierte todo en un espejo donde, en lugar de ver mejor por
tener perspectiva y estar más alto, únicamente ves su propia imagen.
Y en consecuencia, es un
rechazo a los demás ya que hace que los otros nos vean frágiles y se queden
heridas difíciles de curar porque duelen.
Y no digamos nada desde que
podemos llamar su hermana gemela, la Burla.
Casi siempre viene disfrazada de humor, pero su intención no es otra que humillar
a los débiles y a los más desprotegidos.
La Intolerancia es su vestido de gala. Y, claro está, no podemos
olvidarnos del Rencor. Si te coge
bien te desgasta hasta las entrañas. Y llegamos a la reina del cotarro: la Soberbia, seduce a los más débiles y
los viste de Reyes.
Y nos queda un mal bicho: el Egoísmo. A cada momento está cantando a
nuestro lado: "solo tú importas, tío".
Seguro que tú que nos traes
conoces muchos más. y muchos de ellos que pasan por nuestro lado y van dejando
víctimas en las cunetas.
Pero ante la gente de sentido
común , y supongo que tú y yo somos del mismo equipo, tiene todas las de perder.
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