A veces uno se pregunta en
qué siglo estamos. Sí. Creo que es una pregunta para hacerse cada uno. Yo, al
menos, no encuentro normal que corrientes partidistas se obsesionen con la
nostalgia del pasado, un pasado que si por algo se ha distinguido por su culto
al pensamiento único. Y así, desde ahí que estén programando ya la vuelta a la
pena de muerte, el “NO al Aborto” y cosas tan similares que nos llevarán a
vivir permanentemente encerrados en un búnker, en una caverna que ni siquiera
tiene que ver con la de Platón.
Son por lo general cosas que
no cuadran ya, que no podrían ser posibles en esta sociedad cambiada y
cambiante, dónde la cultura por la convivencia ha avanzado desde hace siglos
Pero mi pregunta más fuerte
es por qu hay tantísima gente todavía qué votan
esas consignas. Son corrientes de extrema derecha gobernando actualmente
algunos de los países europeos.
Son corrientes de extrema
derecha que en España comienzan a aparecer alzando su voz. Unos porque nunca se
habían callado y otros porque comienzan a rescatarla de nuevo tan pronto han
sido elegido presidente o mandamás de una formación política. No me ilusiona
ver a mis nietos cantando el “Cara Al Sol” o “Montañas Nevadas” en la puerta de
los colegios.
Pienso que en España hay de
todo esto un histórico que va desde la Valencia popular de Fraga al PP de
Casado que, en su apariencia física juvenil, quiere volver a recrear en
nosotros una mentalidad antigua. Si. Hay algunos también que estarán
contentos puesto que todo ello puede volver a traerle más vacaciones
fiscales.
La esperanza, pues, sigue
puesta en las clases sociales sencillas que sean capaces de descubrir -cosa que
no es tan difícil- quiénes serán los que mejor podrán conducir a este país a un
cambio, donde los pobres cada vez estén menos empobrecidos y los ricos no se
enriquezcan a costa de los demás.
Pero para eso hay que
aprender a separar la mies de la paja…
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