viernes, 10 de agosto de 2018

Paraísoss temporales


No, Señor,
nunca huiré del Paraíso, tengo en mí
la leche eterna de los padres y los hijos,
y escribo poemas para la nostalgia.

No pienso hacer caso a los que me atemorizan,
ni a los que se ríen de mí
cuando me entra la nostalgia de otros momentos más civilizados.

Tengo en mí la leche ordeñada de las viejas generaciones
y de los que antiguamente habitaban los lagos y montañas de mi tierra.

No. No pienso ir a la deriva, atraído por promesas de oro
y que ciegan mi vista
tras bellezas artificiales que lo son un día sí y otro no.



No. No, Señor,
nunca seguiré ese rumbo imprudente,
que bajo apariencia de ramas de oro
encierran las frutas del árbol prohibido.


Me gustan, sí, los perfumes seductores
así como mis íntimos paraísos.
Sé combinar los momentos de inmersión pasional,
como los ratos que me sumo a la caravana fraternal.




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