Me llamó la atención el
título de la conferencia: “La tolerancia desde el punto de vista masónico”.
Tendrá que ser algo especial me dije. Pues en principio todos entendemos que la
tolerancia es respetar las diferencias.
No se trata, comentaron allí,
de tolerar por indiferencia o sintiéndose uno superior al otro. Por la propia
naturaleza los seres humanos, compartimos experiencias y y asimilamos
experiencias de otros. Darnos cuenta de cuanto de bien escuchamos a las otras
personas nos hará crecer en el arte de escuchar, de tolerar, de considerar a
los demás. Debemos dejar a la intolerancia como uso exclusivo de los perversos.
Por otra parte la etimología
de la palabra tolerancia nos puede llevar desde el principio a una explicación
negativa del contenido que nosotros damos de la misma. Si sólo es respetar la
opinión diferente, podía parecer que respetas por igual a quien comete un
crimen que a quien se afana por defender los derechos humanos; podría parecer
que respetas por igual la opinión de un demócrata que la de un fascista. Cometer
ese error da lugar a un concepto equivocado de lo que es tolerancia. Esa
actitud se llama permisividad y no tolerancia. Y no deben confundirse la
tolerancia con el dar por bueno cualquier cosa.
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