Tenía respuesta para todo. Y
ese todo abarcaba cosas como la responsabilidad, la libertad, el cumplimiento
del deber y cosas similares. Pero las palabras, palabras son. Unas se as lleva
el viento, otras se quedan donde salieron y no hacen ruido alguno. Algunas
pueden romper nuestros corazones. Y en general las palabras son como los buenos
deseos. Si responden a la realidad, si se realizan, si se practican, estás
demostrando que eres alguien inteligente.
Las palabras pueden
definirnos. Sí, no cabe duda. pero lo que firma, sella y certifica son nuestros hechos, nuestras
acciones, aquello que realizamos. Es como cuando uno se despierta por la noche
y arroja rápidamente unas palabras, pero por la mañana esa misma palabra ya no
dicen nada. Y es que la vida es todo
eso. Es como un envoltorio donde cabe de todo. Y siempre será cosa de elegir.
Cuanto mayor me hago, más me
doy cuenta de la importancia las diversas dimensiones de mi persona. Cuerpo y alma, mente y corazón son mucho para
cada uno.
Termino. Aquella noche cuando
baje a la calle después de expresar estos pensamientos que se arremolinaba había
llegado el invierno, la noche lucía pálida. Y uno se daba cuenta de que te pasa
por la cabeza es difícil de transcribir al papel, ni se puede verbalizar. Pero
tampoco eliminar del pensamiento. Creo que no me ocurre a mí solo. Para todo es
una puerta entreabierta que lleva a una misma habitación.
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