¿Que reconoce que es
envidioso? Si es así me quito el sombrero. Será la primera persona
reconociéndose así. Y si no, hagamos una encuesta. Preguntemos a la gente
que encontremos por la calle: ¿es usted
envidiosa o envidioso? Prácticamente todos te dirán que no
Cambia la pregunta: ¿son
envidiosos los españoles? Y casi seguro que verás radicalmente todo lo
contrario a la pregunta anterior. La mayoría te dirá que sí y mucho.
La envidia por tanto es eso
que tiene casi todo el mundo pero que no tenemos nosotros. La envidia es cosa
de los demás, por lo que se ve.
Fue Unamuno quien se atrevió
a decir que la envidia era española. Pero como este tema también está para
presumir, otros autores afirman que era de su nacionalidad. Octavio paz dijo
que era mexicana; Balzac la calificó francesa. A Isabel Allende la hemos
escuchado decir que su país, Chile, es el país de la envidia.
Tal vez convendría apoyar la ocurrente iniciativa de alguien para convocar
los Juegos Olímpicos de la envidia. Y saber que decir quién es el vencedor,
quién ganará la medalla y por supuesto quienes quedaremos indemnes de
certificados sobre si somos o no envidiosos.
Pero en esos juegos queda
claro que quien gane la medalla del resto despertará la envidia de sus
competidores.
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