Hemos recibido una herencia
tergiversada por una Edad Media que cambió el valor de la igualdad por el del
derecho de pernada. Vivimos en una especie de maremoto sobre lo que
es ser “una buena mujer”: debes ser sumisa, quedarte callada, ser muy
atenta, y obediente. Muchas se olvidan de vivir con pasión, toman
decisiones equivocadas, aún viendo las señales de peligro.
Hacemos nuestro el deseo de
una grandísima parte de nuestra sociedad, expresado perfectamente por Susan
Garden :
“El mundo
necesita un cambio, ya no mas historias de dolor, necesitamos que
cada mujer luche sin descanso por encontrar su propio lugar, que levanten su
rostro sin miedo, que decidan correr sin dudas hacia sus sueños y aspiraciones,
ser una guerrera incansable en busca de su libertad”.